El Sol, esa fuente de luz y energía que brilla en lo alto del cielo, nos da calor y broncea nuestra piel, tiene la particularidad de ser la estrella luminosa que más cerca está de la Tierra. Se formó, según los expertos, hace alrededor de 4.500 millones de años y se destaca por ser el eje central de nuestro sistema planetario, ya que la Tierra y otros cuerpos celestes orbitan alrededor de él.
La energía que irradia esta estrella es indispensable para la vida, ya que es captada y utilizada por los seres de características fotosintéticas y mantiene los procesos climáticos de los que depende la existencia de los seres humanos y del resto de las especies que viven en la superficie terrestre.
Asimismo, la utilización de energía solar como fuente de alimentación eléctrica es uno de los descubrimientos más relevantes en cuanto a la preservación del planeta, ya que es inagotable, limpia y segura. Sin embargo, existen distintos desafíos que superar para poder imponer este sistema por sobre el tradicional; el mayor de todos radica en la naturaleza fluctuante de esta irradiación, que tiene por resultado variaciones en la intensidad dependiendo, por ejemplo, de la época del año.
Composición del Sol
De acuerdo a los astrofísicos, el Sol está compuesto por un centro o núcleo, el cual cubre cerca de 139 mil kilómetros del radio solar y permite la verificación de los efectos termonucleares que esparcen la energía producida.
Además presenta una zona radiante, otra zona conocida como convectiva, una fotosfera, una cromosfera, una corona y un sector denominado viento solar (el flujo de partículas que emite la atmósfera de la misma estrella).
El cáncer de piel
La percepción del sol por parte de los seres humanos está dividida en un cuerpo que da vida, que es protagonista de poesías y fuente de energía y felicidad, y una amenaza para nuestra salud. El cáncer de piel, popular razón de miedo al astro, es un grupo de enfermedades que presentan muchas diferencias y que tan sólo comparten la parte física a la que atacan.
Este miedo se basa en que los rayos ultravioleta, que provienen de la luz solar, representan el mayor riesgo para desarrollar dicho tipo de cáncer. Al entrar en contacto con la piel, provocan mutaciones en el ADN celular que permanecen durante años. La parte de la población que más comúnmente sufre de este trastorno es la gente de piel blanca.
El cáncer de piel se presenta de varias formas, siendo los tipos más comunes el carcinoma basocelular, el carcinoma de células escamosas (de curación muy probable) y el melanoma maligno (el caso más grave de todos). Los síntomas que deberían llamar la atención a quienes se expongan a los factores riesgosos son úlceras o irritaciones crónicas que no muestren un proceso de cicatrización, lunares y demás marcas de nacimiento que crezcan en tamaño o que cambien de color.
Expresiones que utilizan el término sol
Resulta interesante mencionar que existen varios términos y conceptos vinculados al Sol. Por ejemplo, el hecho de tomar sol hace referencia a una persona que se sitúa en un lugar particular para recibir la luz solar de forma directa, lo que le permitirá broncearse. Las playas y las plazas son lugares ideales para esta actividad.
Trabajar de sol a sol, por otra parte, es una frase hecha que en principio expresa una ardua actividad laboral, que se extiende desde la madrugada hasta que el sol se pone. Sin embargo, los momentos específicos del día en que comience o finalice dicho trabajo no son relevantes; el peso recae en la gran cantidad de horas.
Es también común la expresión no dejar a alguien ni a sol ni a sombra, que significa seguirlo por todas partes.
Por último, cabe destacar que el sol fue una unidad monetaria que el territorio peruano utilizó en el pasado.