La tecnociencia representa la interacción entre la academia y la industria, entre la ciencia y la tecnología.
El concepto de tecnociencia no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). La noción, sin embargo, se utiliza para aludir al entramado formado por la ciencia y la tecnología.
TemasAcademia e industria
La tecnociencia se asocia a la interacción entre la academia y la industria. Científicos y tecnólogos trabajan en conjunto con otros actores para impulsar adelantos y propiciar el progreso.
Puede decirse que la tecnociencia es el conjunto de las labores de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) en las cuales la tecnología y la ciencia se potencian entre sí para lograr beneficios mutuos. Este tipo de operatoria se hizo frecuente a partir de la última década del siglo XX.
La tecnociencia, en definitiva, supone ir más allá de la investigación básica para orientarse al aprovechamiento instrumental del conocimiento científico en pos de adelantos que resulten rentables desde el punto de vista económico. Por eso una de las características de la tecnociencia es la preponderancia de la inversión privada.
La irrupción de la tecnociencia ha generado importantes cambios en la actividad científica. Hoy en día tiende a buscarse un conocimiento práctico que pueda derivar en la creación de patentes. Los científicos, por otro lado, muchas veces no tienen la libertad de publicar sus investigaciones, sino que deben contar con el permiso de las oficinas gubernamentales o de las compañías que se encargan de subvencionar su trabajo.
El término
El filósofo francés Gaston Bachelard fue el responsable de haber vuelto el término tecnociencia popular en el ámbito académico, en el año 1953. Más adelante, otras personas jugaron un papel importante en su continua expansión. Tal fue el caso de Gilbert Hottois, un filósofo belga, quien alimentó la popularidad de este término hacia finales de 1970 y comienzos de 1980.
Sin embargo, fue el filósofo francés Bruno Latour quien llevó concepto a la lengua inglesa a través de su libro titulado Ciencia en Acción, del año 1987. Este pensador reflexionó respecto a la fusión entre la ciencia y la tecnología, una característica del mundo moderno. Su trabajo fue muy efectivo porque reunió bajo una misma diversos argumentos que hasta aquel entonces no se trataban en conjunto.
Algunos de los puntos principales que Latour trató con respecto a la tecnociencia son los siguientes:
*: el modo en el que la tecnología y la ciencia se entrelazan en ciertos ámbitos, como ser en los estudios de laboratorio;
* la capacidad que tanto los talleres de ingeniería como los laboratorios tienen para alterar el mundo y convertirlo en uno nuevo, que no hayamos experimentado hasta el momento;
* el vínculo fluido y poco aparente que existe entre los científicos, los actores sociales y los ingenieros, algo que se puede profundizar leyendo la teoría denominada ingeniería heterogénea, desarrollada por el sociólogo británico John Law;
* la tendencia del mundo de la tecnociencia a elaborar nuevas cruzas entre la naturaleza y la cultura, volviendo en consecuencia más difícil divisar la frontera que existe entre ambas.
El laboratorio científico es un espacio que evidencia los frutos de la tecnociencia.
Cambiar el mundo
Más arriba mencionamos que Latour reconoció en su trabajo que la tecnociencia puede cambiar el mundo, y tal afirmación resulta aún más evidente en el siglo XXI. No debemos olvidar que la dupla ciencia-tecnología se compone de personas, que viven en el mismo planeta que los potenciales consumidores de sus creaciones. Ellas dedican sus conocimientos a perseguir cambios en aquellos aspectos de la vida que les gustaría mejorar también para su propio disfrute.
En este marco debemos mencionar el eterno debate en torno a las consecuencias del mal uso de los avances y las creaciones provenientes del mundo de la tecnociencia. En muchos casos, la línea que divide un uso responsable de uno malicioso es muy delgada, pero está en cada uno establecer fines legítimos y respetuosos.
