Verídico es un adjetivo procedente del latín veridicus que refiere a aquel o aquello que dice o que incluye verdad. Este término (verdad) está vinculado a la conformidad de lo que se dice con lo que se siente o piensa, o a la conformidad de las cosas respecto al concepto que se tiene formado en la mente sobre ellas. La verdad también es el juicio que no puede negarse racionalmente.
Por ejemplo: “La película de guerra que se estrenará mañana está basada en un hecho verídico”, “No hay nada verídico en esta obra: todo lo narrado es fruto de mi imaginación”, “Por favor, deja de fabular y limítate a contarme lo verídico”.
Lo verídico en el cine, el teatro, la TV y la literatura
El uso más habitual de la noción de verídico está asociado a ciertas obras de cine, teatro, televisión o literarias. El adjetivo permite calificar a aquellos trabajos que intentan reproducir o contar acontecimientos que sucedieron en la realidad.
Un filme, en este sentido, puede narrar un asesinato de civiles que tuvo lugar en el marco de la guerra de Irak. El director, para esto, se reunió con soldados, ciudadanos iraquíes y periodistas que estaban en la región para reconstruir los hechos en su película. Cabe destacar que lo que se verá en pantalla podría definirse como realidad ficticia, ya que se trata de actores reconstruyendo, de manera más o menos literal, algo que aconteció en la vida real y que el director conoció a partir de relatos de terceros.
Diferencias con un documental
Hay que diferenciar entre una obra verídica y un documental, ya que éste no suele emplear actores para reconstruir la realidad, sino que apela a material de archivo o entrevistas con los protagonistas reales.
Por otra parte, existen obras híbridas, que combinan la ficción junto con grabaciones de los verdaderos participantes de una historia, generalmente para completar información o para enfatizar el impacto de ciertos sucesos de los cuales no se tiene un registro audiovisual.
Verídico y verosímil
Es importante tener en cuenta que el término verídico no tiene una relación directa con el concepto de verosímil, cuyo significado en el diccionario de la Real Academia Española habla de algo que aparenta ser verdadero y que es creíble ya que no ofrece ningún carácter de falsedad. Por el contrario, un hecho verídico puede parecer increíble para quienes lo viven en primera persona y, más todavía, para quienes lo reciben en forma de anécdota.
Julio Cortázar, uno de los más reconocidos escritores del siglo XX, fue el autor de un cuento corto titulado «Historia verídica», en el que con su característica maestría para dominar el lenguaje nos relata una historia que poco puede tener de verosímil.
Todo comienza con un hombre a quien se le caen los anteojos al suelo y que descubre asombrado que éstos siguen intactos luego del impacto. Seguidamente, se dirige a una casa de óptica para comprar un resistente estuche, convencido de que la próxima caída no será tan afortunada. Sin embargo, una hora después, otro descuido resulta en que los lentes vuelvan a precipitarse contra el suelo y, aunque esta vez cuentan con la protección adecuada, se hacen trizas. El hombre, perplejo, acaba por entender que «los designios de la Providencia son inescrutables» y que el verdadero milagro ha tenido lugar ahora.
Si bien, como en casi toda obra literaria, es posible hacer dobles lecturas, buscar en lo más profundo de su prosa interpretaciones que ni el mismo autor haya hecho a nivel consciente mientras plasmaba en papel las palabras que venían de los puntos más recónditos de su ser, la superficie del cuento de Cortázar nos muestra una historia que, a simple vista, no es verosímil, pero la presenta como un relato verídico, como una serie de hechos que tuvieron lugar en la realidad, independientemente de que no parezcan muy probables.