El vocablo latino absorptus llegó a nuestro idioma como absorto. Este adjetivo se emplea para calificar a aquel que está estupefacto, ensimismado o muy concentrado.
Algunos ejemplos
A continuación presentamos tres oraciones de ejemplo para observar el término en contexto: “Mi hijo adolescente está tan absorto en su teléfono que no me presta atención cuando le hablo”, “Absorto en sus pensamientos, el hombre ni siquiera advirtió la tragedia que se desató junto a él”, “Si estás absorto en el trabajo, no podrás solucionar tus problemas familiares, así que te sugiero que busques un equilibrio”.
Una persona absorta en la lectura puede ignorar lo que ocurre a su alrededor.
El primer ejemplo habla de la típica relación que entablamos con los dispositivos móviles en la actualidad: las posibilidades que nos ofrecen a través de la conexión a Internet son casi infinitas, y esto nos dificulta dejarlos para volver a mirar a nuestro alrededor, hablar con la gente de carne y hueso. El adjetivo absorto no es inherentemente positivo o negativo, pero en este caso su connotación es poco favorable para el desarrollo físico y psicológico del muchacho.
La segunda oración nos habla de un hombre que se encontraba demasiado absorto en su propia mente como para notar que a su lado tenía lugar una tragedia. El poder de nuestro cerebro es sin lugar a duda considerable, ya que los propios científicos afirman que aprovechamos tan sólo una pequeñísima porción de su potencial a lo largo de toda la vida. El hecho de que nos permita viajar a otros mundos o recorrer nuestro pasado bloqueando la propia realidad es tan fascinante como preocupante.
Por último, el tercer ejemplo nos muestra una conversación en la cual el emisor le recomienda a su interlocutor que cambie su actitud frente al trabajo y la familia, ya que su relación con el primero lo absorbe a tal punto que le impide tratar con la segunda de una manera sana. Esto es bastante frecuente en personas que viven su profesión con pasión genuina, por ser su vocación, pero también en quienes no saben decir que no o poner un freno a las exigencias laborales y permiten que éstas los consuman, tanto dentro como fuera de la oficina.
TemasMeditabundo o abstraído
Supongamos que un joven se sienta a leer una novela de misterio en un parque. Absorto en la trama del libro, el muchacho no se percata de lo que ocurre a su alrededor. De este modo, no mira a quienes caminan cerca ni escucha a nadie. Esto puede ser un arma de doble filo: por un lado, es beneficioso para la lectura, ya que con este grado de concentración no permite que nada lo distraiga, pero también puede ser negativo para su seguridad si surge una situación peligrosa y la ignora completamente.
Alguien absorto, en definitiva, está meditabundo o abstraído. Lo que capta su interés lo preocupa, lo subyuga o lo encandila, con lo cual pierde contacto con el exterior.
Además de los estímulos externos, podemos estar absortos en nuestros pensamientos.
Un niño absorto en una película de dibujos animados, por mencionar un caso, seguramente no responderá cuando le hablen. Esto se debe a que toda su atención está puesta en la pantalla, una particularidad que hace que, de cierta manera, se desconecte de todo lo demás. Es responsabilidad de los adultos guiar a los niños para que se acerquen al entretenimiento de manera sana, disfrutando a la vez que se enriquecen, pero no escapando del mundo y perdiéndose momentos irrepetibles de la vida.
En sentido grupal
En ocasiones el concepto de absorto se utiliza con referencia a un grupo de personas, a una entidad o a algo abstracto: “Un país absorto en su pasado no está en condiciones de progresar”, “Noto un gobierno absorto en la economía cuando hay muchas otras cuestiones que atender”, “Una sociedad absorta en lo virtual no puede generar cambios reales”.
