Se conoce como acicate a una espuela empleada para picar a un equino, caracterizada por disponer de una punta con tope que, de este modo, no penetra mucho en el animal. El término deriva del árabe hispánico assiqáṭ, que alude a “eliminar las flaquezas”.
Aguijón para el jinete
Las características de los acicates fueron cambiando con el paso de los años. A nivel general, puede decirse que se trata de una especie de aguijón que el jinete ajusta a su talón, sujetándolo con correas al pie. Al emplear el acicate, se busca que el caballo cabalgue o realice otro esfuerzo.
Con respecto a su estructura, cuenta con un arco de metal cuya forma está pensada para adaptarse a la del talón del jinete. Es posible atarlo sobre el empeine y bajo el puente, gracias al uso de una cinta resistente. El clavo que se inserta en este arco suele ser de poca extensión pero de un grosor considerable. La espuela, que tiene la misma función, se diferencia notablemente del acicate, ya que tiene forma de rueda con dientes a lo largo de su perímetro.
El uso del acicate data de la primera Edad de Hierro, el período final de la Prehistoria previo a la creación de la escritura. Su desarrollo tuvo lugar a partir del año 1200 a. C., y se caracterizó por el uso de hierro en lugar de bronce a causa de su mayor dureza, abundancia y temperatura de fusión. Fue recién en el siglo XIII que apareció la pequeña rueda que conocemos como espuela, en teoría para reducir el daño que recibía el caballo cada vez que lo espoleaban.
El acicate, de todos modos, ya no se utiliza demasiado. Lo habitual es que solo se recurra al acicate o a la espuela en última instancia, cuando otros estímulos no han dado el resultado deseado. Lamentablemente, en cualquier caso el caballo se ve sometido a la explotación y a la violencia, en mayor o menor medida. Desde el momento en el cual se lo priva de su libertad, ya el ser humano incurre en un error imperdonable. Cuando, encima de esto, obliga al animal a trabajar para él, sin importar cómo lo trate, no existe diferencia entre esto y la esclavitud.
Motivación o incentivo
A partir de este significado de acicate, surgieron otros usos simbólicos de la noción. En este sentido, se llama acicate a una motivación o a un incentivo. Un acicate, en definitiva, es algo que promueve una acción o que puede generar un cierto efecto. Un descuento en el precio de un determinado producto, por citar un caso, puede actuar como acicate para fomentar las ventas.
Por ejemplo: “Este reconocimiento es un acicate para seguir trabajando por el desarrollo de nuestro querido pueblo”, “Creo que la construcción del museo funcionará como acicate para atraer a más turistas”, “El dinero no sirvió de acicate y el futbolista uruguayo terminó abandonando el club pese a la oferta multimillonaria que le hicieron los dirigentes para renovar su contrato”.
Veamos estos ejemplos en detalle para entender a fondo el significado del término. En el primero, el emisor afirma que haber recibido un reconocimiento por su trabajo hasta el momento es un incentivo para seguir adelante, para continuar con el mismo entusiasmo y obtener cada vez mejores resultados. No olvidemos que ante la falta de una respuesta positiva, muchas veces nos desmotivamos y nuestro rendimiento desciende.
La segunda oración describe la construcción de un museo como un incentivo para el crecimiento del turismo. Por último, en el tercer ejemplo vemos que la propuesta de aumentar el sueldo no fue suficientemente motivadora para convencer a un futbolista dado de permanecer en el club. Los dirigentes intentaron usar esta táctica a modo de acicate, pero fracasaron.