Acusado es un concepto que deriva de acusar: señalar a una persona como responsable de algo, por lo general un delito o alguna conducta que es condenable. Aquel individuo al que se acusa se lo llama acusado.
Por ejemplo: «Mañana comenzará el juicio contra el médico acusado de mala praxis», «El acusado se negó a declarar», «La policía detuvo al acusado de haber quemado cinco automóviles en el centro de la ciudad».
A nivel judicial, para que exista un acusado debe haber una imputación o una acusación. Este es el cargo que, ante la autoridad que corresponda, se presenta contra un individuo determinado, haciéndolo responsable de una cierta violación de la ley. El objetivo de la acusación es que el acusado sea condenado por su falta y, de este modo, reciba la pena correspondiente.
Ejemplo de alguien acusado
Supongamos que un hombre es estafado por su socio. Ante esta situación, acude a la Justicia y presenta una acusación contra el otro sujeto, adjuntando diversas pruebas. El acusado, de este modo, es convocado por el juez y se lo notifica de la situación.
El proceso avanza hasta que finalmente se desarrolla el juicio y el acusado se convierte en condenado al ser encontrado culpable del delito de estafa. Por lo tanto recibe una pena de tres años de prisión.
Sus derechos
Es muy importante no olvidar que el acusado resulta ser inocente en un gran número de ocasiones, y por eso es esencial que exista una serie de derechos que lo ampare desde el momento de su detención por parte del cuerpo de policía hasta que concluya el proceso judicial al que se lo someta. Estos derechos forman parte de los civiles que poseen todos los ciudadanos, según se indique en el marco legal correspondiente a cada país, que puede estar representado por una carta de derechos o una Constitución, por ejemplo.
Uno de los derechos fundamentales del acusado es la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario, algo que el cine norteamericano ha popularizado a través de infinidad de películas policiales, pero que debemos respetar en los demás países también. Cualquier acto de violencia contra un acusado, ya sea por parte de un agente de policía o un vecino antes del veredicto final emitido por el juez debe ser considerado un atentado contra este derecho específico, entre otros.
Por otro lado existe el derecho a recibir asistencia legal; en otras palabras, el acusado debe poder contar con la ayuda de un abogado competente, que el Estado debe poner a su disposición para acompañarlo, asesorarlo y defenderlo a lo largo de todo el proceso judicial. Si bien esto no ocurre en todos los países, es bastante común, especialmente para que las personas de bajos recursos no se vean desprotegidas en el juicio.
El derecho a la información comprende el acceso a todos los datos relacionados con la acusación, como ser la evidencia que el jurado utilizará para estudiar el caso, los cargos que han sido presentados en su contra y los nombres de los testigos que darán su versión de la historia; es importante señalar que el acusado puede confrontar a estos últimos si así lo solicita. La presencia de un abogado es muchas veces indispensable para el adecuado cumplimiento de este derecho, ya que el lenguaje utilizado en los documentos y procedimientos judiciales no es fácil de comprender por las personas ajenas a este ámbito y ellos pueden brindar las explicaciones necesarias.
Lo acusado como algo notorio
Como adjetivo, por otra parte, acusado es aquello que, por sus características, sobresale y se vuelve muy notorio.
«El joven se presentó ante el jurado con acusada algarabía», «El acusado nerviosismo de la mujer pronto levantó sospechas entre los investigadores» y «A través de una reacción de este tipo no hace más que evidenciar un acusado complejo de inferioridad» son expresiones que muestran este uso.