Un adversario es una persona contraria o enemiga. El término, procedente del latín adversarĭus, también se utiliza para nombrar al conjunto de sujetos con estas características.
Por ejemplo: «El intendente de San Patricio es el principal adversario del gobernador en el camino a la reelección», «El boxeador británico no fue un adversario de peligro para el pugilista local», «Quiero tener compañeros y no adversarios en el grupo de trabajo».
Ejemplos de adversarios
El adversario puede ser un individuo que, por situaciones específicas, aparece como un contrario para otra persona ya que tiene intereses opuestos a los suyos. Ese es el caso de dos tenistas que se enfrentan en un partido. Dentro de la pista, ambos jugadores serán adversarios: cada uno hará todo lo posible para quedarse con la victoria. Para ganar, por lo tanto, es necesario oponerse al rival. Al término del partido, sin embargo, estos tenistas ya no serán adversarios porque el enfrentamiento deportivo entre ambos habrá concluido. De hecho, es posible que hasta sean amigos y compartan habitación en un hotel o una cena.
En otros casos, los adversarios son verdaderos enemigos con modos de vida opuestos. Ya no hay una situación concreta que los sitúa como adversarios, sino que alguna cuestión los ha convertido en personas enfrentadas en todo momento y lugar. Puede tratarse de dos hombres que se disputan el amor de una mujer y que se atacan mutuamente en todos los terrenos.
La noción en la política
Hay que subrayar que dentro del ámbito de la política se utiliza mucho el término adversario. Así, se habla de los adversarios políticos para referirse, por ejemplo, a los líderes de dos partidos totalmente opuestos que concurren a las mismas elecciones y que tienen como claro objetivo conseguir el mayor número de votos posibles para así ganar.
En este sentido, es habitual que antes de unos comicios a través de diversos medios de comunicación, fundamentalmente de la televisión, los adversarios participen en un debate donde no sólo puedan exponer sus programas, sino también donde se confronten y rebatan las propuestas de su rival.
Esos debates sólo tienen lugar en países donde está instaurado un régimen democrático ya que se considera que esa es la forma de enriquecer y favorecer la vida y la convivencia en aquellos.
Debate entre adversarios políticos
El mejor ejemplo de ese tipo de «enfrentamiento televisado» entre dos adversarios políticos fue el que tuvo lugar en 1960 entre John Fitzgerald Kennedy, candidato del Partido Demócrata, y Richard Nixon, candidato también a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano.
Este fue el primer debate que se emitió por la pequeña pantalla y destaca porque se llevó a cabo pensando que el segundo político iba a barrer literalmente a su oponente por tener poca experiencia. Sin embargo, el resultado fue totalmente distinto al esperado y Kennedy consiguió «vencer» gracias a la cuidada imagen que presentó y a que supo utilizar mucho mejor las armas del medio.
Un libro de Carrère
«El adversario», por último, es una novela francesa cuyo título original es «L’adversaire».
Esta obra fue escrita por Emmanuel Carrère y adaptada al cine por Nicole Garcia.