Antes de llegar a nuestro idioma, el término añil tuvo un extenso recorrido etimológico. Nació en el sánscrito nīla, pasando al persa como nil. Su camino siguió en el árabe clásico níl[aǧ], desde donde arribó al árabe hispánico como annír o anníl.
El concepto tiene varios usos. La primera acepción que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) refiere a un arbusto que forma parte del conjunto familiar de las papilionáceas.
El añil como planta
Al ser un arbusto, el añil es una planta de tipo leñosa. Se lo califica como perenne ya que puede subsistir más de dos años.
Como el resto de los papilionáceas, es una especie fanerógama (sus órganos reproductivos pueden apreciarse como una flor donde se desarrolla la fecundación), angiosperma (sus carpelos componen un ovario que contiene los óvulos) y dicotiledónea (su embrión alberga dos cotiledones), cuyas flores presentan una corola con forma de mariposa e inflorescencias con una decena de estambres.
De tallo recto, el añil exhibe flores de color rojo con manchas violetas o rosadas. Su fruto es una vaina combada con pequeños granos grisáceos, verdes o pardos de gran dureza.
Un colorante
De las hojas y los tallos del añil, puede obtenerse una pasta que se caracteriza por su tonalidad azulada. Estas partes de la planta se procesan y se colocan en agua para luego generar su fermentación.
Tras la precipitación de la solución, la sustancia resultante se combina con un álcali fuerte. El procedimiento continúa con el prensado y el secado hasta finalmente obtener un polvo de color azul oscuro y brillante.
La noción de añil, en este marco, permite hacer referencia tanto al pigmento o colorante que se obtiene de este modo como al color que resulta similar al que tiene la mencionada pasta de la planta.
El color añil
Se llama añil a un azul oscuro que, en el espectro luminoso, se ubica en el sexto lugar. Debido a su semejanza con otros tonos, en ocasiones se emplea como sinónimo de diversas variedades cromáticas, más allá de las eventuales diferencias.
Es habitual que el término añil se use como equivalente a glasto. Así se denomina a una planta que permite conseguir un color (también llamado glasto) que, como el añil, es azul profundo.
Índigo, asimismo, tiene sinonimia con añil. En este caso, el significado se relaciona con la región de origen del colorante: el vocablo latino Indĭcum puede traducirse como “de la India”.
Sus características cromáticas
Decíamos que el añil se sitúa en la sexta posición del espectro luminoso. Esto está asociado a la división realizada por Isaac Newton, quien reconoció siete tonalidades.
El añil, en este marco, corresponde a la franja azulada del espectro y del arco iris, con una longitud de onda de unos 435 nanómetros. Las frecuencias más bajas del añil son percibidas como azul claro, mientras que las más altas se toman como violeta.
Añil natural vs. artificial
Es importante indicar que se puede distinguir entre el añil o índigo natural y aquel que se obtiene de manera sintética. El colorante natural, utilizado generalmente para la tintura de telas, surge de la planta ya nombrada.
El índigo artificial, en cambio, se produce en laboratorios. La primera síntesis fue realizada por el alemán Adolf von Baeyer (1835-1917) en 1880.