Un año es un período de doce meses que comienza el día 1 de enero y finaliza el 31 de diciembre. El término, procedente del latín annus, también se utiliza como una unidad de tiempo, para medir la misma cantidad de meses a partir un día cualquiera. Por ejemplo: «Mi hija comenzará la escuela primaria el año que viene», «Si todo marcha bien, el próximo año viajaremos a Europa», «Hace dos años que no me tomo vacaciones», «Edgardo recién completará su rehabilitación el año entrante», «Fui padre por primera vez en el año 1975».
Para la astronomía, un año es el tiempo que tarda el planeta Tierra en dar una vuelta alrededor del Sol. El año astronómico dura exactamente 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. El calendario habitual del mundo occidental (conocido como calendario gregoriano) establece años de 365 o 366 días.
El calendario gregoriano
De acuerdo al calendario gregoriano, al momento de la edición más reciente de este artículo nos encontramos en el año 2023. Este calendario fue impulsado por el Papa Gregorio XIII (quien prestó su nombre al esquema) en reemplazo del calendario juliano (instaurado por Julio César y basado en el movimiento del sol).
En el calendario gregoriano nunca existió el año cero, sino que se comenzó directamente con el año uno. El inicio de su cuenta coincide con el supuesto nacimiento de Jesucristo, aunque las evidencias históricas son contradictorias. De todas formas, el calendario gregoriano permite hablar de dos eras: antes de Cristo (a.C.) y después de Cristo (d.C.). En estos momentos, por lo tanto, estamos en el año 2013 d.C.
Celebración de Año Nuevo
Todos los años, el primero de enero, los seres humanos festejamos la llegada del nuevo año de diversas maneras. Esta celebración, tan común en nuestros días, es un fenómeno relativamente joven; el primer registro de su festejo data del 2000 a. C., durante el equinoccio de marzo. Otras civilizaciones, como la egipcia, consideraban que el año comenzaba con el equinoccio de otoño, mientras que los griegos lo celebraban en el solsticio de invierno.
Según el antiguo calendario romano, el año comenzaba exactamente el 1 de marzo, y el año constaba de diez meses. En los nombres de algunos de los meses tal y como los conocemos actualmente, ha quedado implícita dicha organización: los meses que van de septiembre a diciembre, para nosotros desde el 9 hasta el 12, se encontraban dos posiciones más abajo, del 7 (septem significa siete en latín) al 10 (decem es diez).
Recién en el año 153 a. C., también en Roma, se celebró por primera vez el Año Nuevo un primero de enero. De hecho, el mes de enero se agregó al calendario alrededor del año 700 a. C., y su existencia se debe a Numa Pontiluis, segundo rey de Roma, quien también incluyó febrero. El comienzo del año se trasladó a enero porque marcaba el inicio del año civil, era el mes en el cual los dos cónsules romanos recién elegidos comenzaban su ejercicio. Cabe mencionar que pasó algún tiempo hasta que esta fecha se respetara sin excepciones.
Julio César presentó en el año 46 a. C. un calendario nuevo, basado en el sol, que constituía una gran evolución con respecto al usado por Roma hasta entonces, el cual se guiaba por los ciclos de la luna y resultaba poco preciso. Se denominó juliano y estableció el primero de enero como la fecha oficial del comienzo de año.
Durante el Medievo europeo las celebraciones relacionadas con Año Nuevo eran consideradas paganas y fueron abolidas en el 567. En varias ocasiones los festejos se llevaron a cabo el 25 de diciembre. Finalmente en 1582, la llegada del calendario gregoriano marcó la restauración del 1 de enero como primer día del año, aunque algunos países esperaron un par de siglos para adoptar tales cambios.