El asilo es la protección, el resguardo o el auxilio que se le presta a alguien. A partir de este significado se desprenden otras acepciones del término.
Por ejemplo: «Cuando mi madre me echó del hogar, mi abuelo me dio asilo», «Javier me ofreció asilo, pero creo que me quedaré en la casa de Esteban», «Cientos de ciudadanos sirios solicitaron asilo en el país desde el recrudecimiento de los enfrentamientos armados».
Por lo general se habla de asilo cuando el gobierno de un país acoge a una persona procedente de otra nación, de la cual escapa ya que su vida corre riesgo. Al darle asilo, el Estado que lo recibe se compromete a velar por su seguridad y a brindarle asistencia.
Tipos de asilo
Si el individuo huye de su tierra por una persecución religiosa, racial, cultural o sexual, o si emigra por una catástrofe natural o por una situación de violencia, se habla de asilo humanitario. El país que concede el asilo debe favorecer la integración del refugiado y asistirlo para que pueda regresar a su lugar de origen cuando el escenario cambie o para instalarse en un tercer país si así lo desea.
Por otra parte, cuando un individuo solicita protección en un país para que no lo extraditen ya que en su tierra sería juzgado por hechos vinculados a la actividad política, pide asilo político.
Establecimiento que brinda refugio
Se conoce como asilo, asimismo, al establecimiento que brinda refugio a individuos con algún tipo de dependencia (como ancianos o discapacitados): «Desde que falleció mi abuela, mi abuelo vive en un asilo».
En este contexto, uno de los conceptos más comunes es el asilo de ancianos, el cual acoge a aquellas personas mayores que no necesiten la atención constante de un médico, algo que podrían recibir en un hospital, pero que tampoco pueden valerse por ellas mismas o que no cuentan con la ayuda de un ser querido para llevar una vida normal y saludable.
Dado que con el envejecimiento pueden aparecer un gran número de trastornos y condiciones muy diferentes, es difícil definir todos los servicios que brinda un asilo de ancianos; a grandes rasgos, podemos decir que los dos grandes grupos de clientes son los que necesitan recuperarse de un tratamiento médico tal como una operación quirúrgica, y aquéllos que solamente buscan los cuidados básicos del día a día.
Ahondando más en los diversos perfiles de los pacientes, podemos distinguir los siguientes: convalecientes de un trastorno o una intervención; en rehabilitación por algún accidente o proceso patológico; en estado vegetativo o terminal; dependientes a causa de una patología crónica; con deterioro cognitivo; altamente dependientes por demencia.
Todo esto sin mencionar los casos de personas cuyas familias las internan contra su voluntad por no querer hacerse cargo de ellas. También puede ocurrir que el anciano decida activamente ingresar en un asilo para no molestar a sus seres queridos, o bien por no tener alguien que lo ayude.
Organización de un asilo de ancianos
Con respecto a la organización de un asilo de ancianos, existen tres modelos básicos:
- Similar a un hospital: se trata de aquéllos que ofrecen a sus pacientes asistencia médica de diversas clases, y que cuenta con personal de enfermería en cada planta.
- Familiar: este tipo de asilo tiene un funcionamiento que podría compararse con el de una gran casa de familia, en el cual no existe una gran rigidez en las rutinas, y el personal se relaciona con los residentes de una forma más cercana y espontánea.
- Mixto: los asilos que combinan las prestaciones de un hospital con el ambiente familiar. Normalmente requieren instalaciones de mayores dimensiones que cualquiera de los dos anteriores, y un presupuesto mayor para sostenerse.