El vocablo audientia llegó al castellano como audiencia, un concepto que tiene varias acepciones. La idea de audiencia puede referirse a los espectadores de una obra teatral, un concierto u otro evento; a los televidentes; o a los oyentes de un programa de radio.
Por ejemplo: «El noticiero del canal 17 no deja de perder audiencia mes a mes», «Apenas subió el cantante al escenario, la audiencia le regaló una ovación», «Queremos pedirle disculpas a la audiencia ya que, por problemas técnicos, no podremos transmitir en vivo el partido».
Si bien los términos audiencia y público pueden funcionar como sinónimos cuando se habla de la gente que se presenta en un espectáculo teatral, el primero suele usarse con respecto a un grupo de personas en particular, como ser las que han asistido a una obra en una fecha definida, mientras que el segundo puede servir para hacer referencia a los todos seguidores de un artista: «Anoche no noté una conexión muy fuerte entre la cantante y la audiencia», «Esta cantante tiene una profunda conexión con su público«.
Receptores de un mensaje
A nivel general, se habla de audiencia con referencia al grupo que forman todos los receptores de un mensaje transmitido a través de un medio de comunicación masiva. La medición de la audiencia, reflejada en un índice conocido como rating, es muy importante en el plano comercial: las empresas pagan por publicitar sus productos en los programas que tienen más rating. Por lo tanto, conocer los datos de la audiencia es imprescindible para los medios de comunicación que deben encontrar anunciantes para solventar su funcionamiento.
Este concepto ha atravesado grandes cambios en la última década, como consecuencia de los que han experimentado el mundo del espectáculo y la industria del entretenimiento desde la llegada de Internet a nuestras vidas. Mientras que a principios de los años 90 un gran porcentaje de gente miraba televisión varias horas al día, esta fuente de esparcimiento ha quedado en las sombras a causa de las innumerables posibilidades que nos brinda la tecnología actual.
Medición de la audiencia
En esa época, para medir la audiencia de un canal de televisión se utilizaban diversos métodos que hoy resultan obsoletos e innecesariamente complicados, ya que la digitalización de los medios de comunicación permite a las compañías recoger los datos relativos a la cantidad de reproducciones de cada programa, las regiones geográficas en las que se han efectuado las visualizaciones y los perfiles de los usuarios, lo cual puede incluir su edad, sexo, ocupación e incluso sus gustos personales.
Por otro lado, de forma casi contradictoria con tales avances, la lealtad que el público mostraba hace unas décadas a sus programas y artistas favoritos parece haberse diluido en pos de relaciones frías y pasajeras con el contenido recomendado por los demás, con las tendencias. Si mantener los niveles de audiencia de un programa ya era difícil en el pasado, hoy en día se ha vuelto una auténtica odisea, y por esa razón no son comunes las series extensas.
Un tipo de acto y un proceso judicial
Una audiencia también es el acto que se lleva a cabo para que una o más personas puedan exponer su posición sobre un determinado tema ante las autoridades: «Mañana tendré una audiencia con el intendente y le solicitaré su apoyo para resolver el caso del asesinato de mi hijo», «Por problemas de agenda, el presidente no asistirá a la audiencia con las víctimas del incendio: en su lugar concurrirá el vicepresidente», «Si tiene alguna inquietud, le sugiero que pida una audiencia a mi secretario».
En el terreno del derecho, por último, la audiencia es un proceso que se desarrolla ante un tribunal o una entidad pública para la resolución de un conflicto o para el aporte de pruebas o testimonios en el marco de un litigio.