Si bien el plástico es el material más común de los baldes, también se fabrican en metal.
Un balde es un cubo: un recipiente que, en su sector superior, dispone de un asa abatible para facilitar su traslado. Los baldes suelen tener la forma de un cono invertido y truncado.
TemasAlmacenamiento y transporte de líquidos
El balde resulta apropiado para el almacenamiento y el transporte de líquidos. Esto se debe al hecho de que sea cóncavo.
También conocidos como cubetas, estos utensilios suelen fabricarse con plástico, aunque también existen los baldes metálicos.
Orígenes
Se cree que los primeros baldes se utilizaron en la Antigua Roma, de acuerdo a distintos hallazgos arqueológicos. Aquellos baldes se usaban para trasladar vino o agua. De hecho, durante mucho tiempo los baldes fueron indispensables para llevar agua desde pozos y fuentes hasta los recipientes de conservación ubicados en los pueblos y ciudades, como cisternas y barriles.
Los antiguos recipientes utilizados para transportar agua y otros líquidos solían ser de origen natural, como cuencos tallados en madera, cáscaras de frutas, pieles de animales o vasijas de cerámica. Se ajustaban a las necesidades y materiales disponibles en cada región. Además de su versión romana, el balde ha sido una herramienta utilizada por diversas culturas a lo largo de la historia.
Con el tiempo, se desarrollaron técnicas de fabricación más sofisticadas, como la cerámica moldeada y la metalurgia, lo que permitió la producción de recipientes más resistentes y duraderos. En muchas civilizaciones antiguas, como la egipcia, la mesopotámica, la griega y la romana, se utilizaban baldes de cerámica y metal.
En la actualidad, los baldes más usuales son aquellos con una capacidad de cinco litros. De todos modos, hay más grandes y más pequeños. Los baldes suelen usarse para almacenar el agua que se utiliza para lavar o limpiar, por ejemplo.
Baldes de playa
Existen baldes, por otra parte, que sirven para que los niños jueguen en la playa. Estos baldes de dimensiones reducidas permiten llevar agua y arena y ayudan en la construcción de los típicos castillos.
Estos productos se conocen comúnmente como «baldes de playa» o «cubos de playa». Son juguetes diseñados específicamente para que los niños puedan disfrutar de actividades creativas en la arena, aunque también los usan los adultos, por lo general para acompañar a los más pequeños y para enseñarles a usarlos.
Suelen estar hechos de plástico resistente y duradero, lo que los hace ideales para su uso en entornos playeros. Tienen una forma cilíndrica o cónica con un asa en la parte superior para facilitar su transporte y manipulación. La base del balde suele tener perforaciones o ranuras para permitir que el agua y la arena se escurran cuando se llenan y se voltean para construir estructuras.
Además de los baldes, a menudo se incluyen moldes o formas adicionales, como palas, rastrillos y tamices, que permiten a los niños crear diferentes diseños y texturas en sus construcciones de arena. Estos juguetes fomentan la imaginación, la creatividad y la coordinación motriz de los niños mientras disfrutan de la playa.
Los baldes de playa son ideales para incentivar la creatividad de los niños.
En locuciones adverbiales
El término balde también se emplea en varias locuciones adverbiales: en balde, de balde y estar de balde. En este caso, se considera que la raíz etimológica se encuentra en el árabe clásico bāṭil, que se traduce como «inútil» o «carente de valor».
Lo que se hace «en balde», pues, resulta en vano, inútil. Suele usarse para expresar la frustración ante la falta de resultados luego de un esfuerzo por alcanzar un objetivo.
Aquello que es «de balde», en cabmio, no tiene coste, precio, causa o motivo. Cabe mencionar que esta locución también comparte significado con la anterior. Por último, «estar de balde» es lo mismo que sobrar o no tenér nada que hacer, ninguna ocupación.
