Bula es una palabra que tiene su origen en el vocablo latino bulla. Se trata, de acuerdo a su aplicación, del nombre con el que se identifica a una documentación de índole pontificia que expide la Cancillería Apostólica y se legitima mediante la impresión de un sello de plomo o bien del sello papal. Estos documentos tratan sobre múltiples temáticas relevantes de los quehaceres clericales, aunque también se abordan allí asuntos civiles.
La bula, por lo tanto, es un instrumento que se fundamenta en el poder del papa. Puede incluir ordenanzas, condenaciones, decretos de indulgencias o la concesión de diversos tipos de beneficios, por ejemplo.
Los sellos de plomo en cuyos puntos centrales se observa la imagen de una cruz, las figuras de San Pedro y San Pablo y la firma del Papa junto al año de publicación y fecha del pontificado forman parte de la estructura formal de las bulas, las cuales se envían al arzobispo de la diócesis. Éste será el responsable de distribuir la bula, que se redacta en latín, para que llegue a las parroquias.
Bulas a lo largo de la historia
A lo largo de la historia existieron diferentes tipos de bula, como la bula de la Santa Cruzada (con indulgencias para quienes combatían a los infieles), la bula de difuntos (con indulgencias para un individuo fallecido), la bula de lacticinios (una autorización para que los eclesiásticos usen lacticinios en los tiempos en que les estaba vedado) y la bula de carne (que dispensaba de comer de vigilia).
No obstante, tampoco hay que pasar por alto otro tipo de bulas tales como la conocida como bula de oro. Esta fue realizada en 1356 por el emperador Carlos IV de Alemania y consiguió el respaldo del resto de príncipes del Imperio. En la misma lo que se establecía y dictaminaba eran cuestiones tan relevantes para dichas figuras como el método de elección del emperador, el número de personas que debían participar en dicho proceso o las ceremonias que traería consigo esa citada elección.
Uso del término en locuciones adverbiales
De la misma forma, el término bula ha dado lugar al desarrollo y creación de un amplio número de locuciones adverbiales que se utilizan con más o menos frecuencia en el ámbito coloquial. Así, por ejemplo, nos encontramos con la expresión “no poder con la bula”. La misma se utiliza para dejar patente que una persona en cuestión no se encuentra con fuerzas para hacer nada en ese momento.
Y todo ello sin olvidar tampoco la existencia de la locución “tener bula para algo”. En este caso la misma se emplea para determinar que alguien cuenta con una serie de ventajas, facilidades y beneficios a la hora de conseguir algo difícil frente a otras personas que no cuentan con ninguna de esas mencionadas cuestiones a su favor para alcanzar el mismo objetivo.
Más utilizaciones de la noción de bula
Cabe resaltar que el origen etimológico de bula refiere a toda clase de objeto o elemento de apariencia redonda y carácter artificial. La noción solía emplearse en otros tiempos para nombrar a una medalla que portaban los hijos de las familias nobles romanas hasta el momento en que comenzaban a vestir la toga.
Además de todo lo expuesto hay que subrayar finalmente que el famoso grupo de rock Status Quo llevó a cabo el rodaje de su película titulada “Bula Quo”, donde los citados artistas se interpretan a ellos mismos.