Se llama buzo al individuo que, gracias a contar con un equipo especial, puede realizar diversas tareas debajo del agua. Los buzos utilizan una vestimenta particular que les permite moverse con comodidad en el agua y resistir las bajas temperaturas. Además disponen de equipamiento para estar en condiciones de respirar de manera subacuática.
En la actualidad los buzos usan escafandras autónomas: dispositivos que almacenan gases respirables. Con su escafandra, el buzo puede respirar el oxígeno que transporta en uno o más tanques. Otros elementos que forman parte del equipamiento de los buzos son la máscara, el chaleco estabilizador y las aletas.
Ya equipados, los buzos pueden sumergirse varias decenas de metros. La profundidad y el tiempo de sumersión varían de acuerdo al equipamiento utilizado y a la destreza de la persona. Se puede bucear con fines recreativos o turísticos, científicos, de búsqueda o para realizar distintas actividades subacuáticas (como la limpieza de las bases de un muelle).
Un buzo militar, por otra parte, es un sujeto que forma parte de las fuerzas armadas y que ha recibido instrucción de buceo y natación. También llamado buzo de combate, puede participar de misiones para infiltrarse en una embarcación enemiga o en la costa.
Es evidente que la profesión del buzo tiene diversas aplicaciones, y esto la convierte en una salida laboral tentadora para los amantes de la natación y el mar. Sin embargo, aunque dicho gusto personal es en sí un requisito muy importante, el buceo es una disciplina extremadamente exigente, que no puede dominarse de un día para el otro y que requiere mucho más que una habilidad natural.
Para convertirse en buzo profesional, es necesario estudiar en una escuela oficial y obtener la certificación adecuada. Dependiendo del país y la zona en la que nos encontremos, podremos encontrar diferentes organizaciones, por lo cual es es necesario averiguar cuál nos corresponde.
El segundo paso consiste en decidir el área del buceo que más nos interesa, y esto puede resultar difícil si nunca antes nos lo habíamos planteado. En este punto se recomienda dejarse llevar por la pasión y no enfocarse en las oportunidades de trabajo, ya que todas las áreas pueden convertirse en una profesión redituable.
Es importante señalar que las escuelas de buceo profesional no suelen ser económicas; por el contrario, no todos podemos acceder a estos cursos, y por eso es conveniente comenzar a ahorrar dinero con tiempo.
Una buena forma de ganar dinero mientras nos preparamos para estudiar buceo, o bien de forma contemporánea a la instrucción, es conseguir un trabajo relacionado con esta profesión. No es necesario que sea en una escuela, ni que nos acerque de forma directa a los buzos: basta con que nos exponga a cualquier aspecto del buceo para que nos ayude en nuestra formación.
Habiendo conseguido el primer diploma, denominado Open Water, se aconseja prepararnos para el segundo, Divemaster. Hasta que surjan las oportunidades laborales más interesantes, siempre es bueno volcarse por la docencia de los niveles básicos, una actividad muy bien vista por los empleadores.
Sea cual sea el área del buceo que escojamos, en todas ellas es muy útil hablar al menos un idioma extranjero, ya sea para dar clases a personas extranjeras o para conseguir trabajo en otros países. En el caso de los hispanohablantes, el inglés siempre parece ser la mejor opción, aunque el francés también se recomienda a los buzos.
Cabe destacar que también se denomina buzo a una prenda de vestir. Según el país, la noción de buzo puede aludir a una polera (sudadera), un suéter o una camiseta (remera, polo o playera). Por ejemplo: “Mi madre me regaló un buzo para mi cumpleaños”, “Voy a buscar un buzo porque me parece que está refrescando”, “¡No lo puede creer! Me manché el buzo nuevo con aceite”.
