Caballería es un concepto con varios usos, por lo general vinculados al caballo. La acepción más frecuente se vincula a la fuerza de un ejército compuesta por combatientes montados en este animal.
Es posible establecer una división entre la caballería pesada y la caballería ligera. La caballería pesada tenía la función de establecer un combate directo con el enemigo. Los soldados solían estar protegidos con armaduras y contaban con lanzas, mazas o espadas para atacar.
La caballería ligera, en cambio, solo se usaba en asaltos o en trabajos de reconocimiento. Los soldados estaban menos protegidos y tenían armas de menor potencia; como contrapunto, podían desplazarse con mayor velocidad que los integrantes de la caballería pesada.
Importancia de la caballería
En el marco de los enfrentamientos bélicos, los caballos en un principio eran usados para tirar de los carros armados. A partir de la cría y la selección de las razas de mayor fortaleza, estos animales empezaron a emplearse con jinetes con armas. Así fueron surgiendo las caballerías para explorar el terreno y como apoyo de la infantería.
Con el desarrollo de armas de mayor alcance, las caballerías comenzaron a perder preponderancia. En la actualidad el uso de caballerías es muy reducido y se limita a aquellos lugares donde los vehículos a motor tienen el acceso restringido por las condiciones del terreno.
Más allá del entorno militar, se denomina caballería al estatus y la conducta del caballero; a la destreza para controlar a un caballo; y a distintos tipos de medidas agrarias, cuyas características difieren según el país.
Un regimiento estadounidense
Por lo general escrito con el número ordinal en lugar de la palabra (es decir, 7°), el Séptimo Regimiento de Caballería forma parte del Ejército de Estados Unidos desde el 21 de septiembre de 1866 y continúa activo hasta el día de hoy. Se trata de un regimiento de tipo caballería acorazada y se conoce de forma oficial por el apodo Garryowen, escogido por ser el nombre de una canción irlandesa a la cual pretende homenajear.
A los dos años de su creación, el 27 de noviembre de 1868, el coronel George Armstrong Custer envió al 7° de Caballería a enfrentarse a los sioux y los cheyennes en el contexto de la batalla de Washita. Se encontraba al mando de Winfield Scott Hancock y contaba con setecientos soldados, que no dudaron en atacar un poblado donde la mayoría de los habitantes eran ancianos, niños y mujeres, dejando muy pocos superviviente y avivando el odio que ambas partes sentían contra la opuesta.
Seis años más tarde, el 7° de Caballería tuvo que llevar a cabo el sofocamiento de la rebelión que estaba teniendo lugar en Dakota por parte de los indios arapahoes, cheyennes y sioux. El coronel Custer obligó a sus hombres a avanzar con demasiada prisa, y esto repercutió en que se agotaran antes de comenzar el enfrentamiento; como si esto fuera poco, no fueron lo suficientemente prudentes como para llevar artillería ligera, con lo cual el peso que debieron cargar era excesivo.
Además de la prisa y el peso de la artillería al que el coronel Custer sometió al 7° de Caballería, cometió el error de dividirlos en dos grupos. Todo esto desembocó en un auténtico desastre desde un punto de vista estratégico, que trajo como consecuencia la pérdida de la mayoría de sus soldados en la batalla de Little Big Horn, la cual tuvo lugar el 25 de junio de 1876.
Si bien el 7° de Caballería comenzó siendo simplemente un regimiento más de Estados Unidos, haber atravesado dicha derrota sin precedentes los hizo pasar a la historia. Uno de los ejemplos de la glorificación de la que goza este regimiento se puede apreciar en el cuadro titulado «The Last Stand», creado por el artista norteamericano Frederic Remington, en el cual se ve a Custer con sus hombres aguardando la carga de los nativos americanos.