Un callejón es un camino muy estrecho que se desarrolla entre construcciones o elevaciones. El concepto puede emplearse como sinónimo de calleja.
Por ejemplo: “Te recomiendo no caminar de noche por este callejón: es muy oscuro”, “El artista ecuatoriano se presentará mañana en el teatro del callejón”, “El museo se encuentra al final del callejón”.
Los callejones surgieron hace mucho tiempo. En la época medieval, eran frecuentes en las ciudades europeas e incluso constituían una especie de red para circular por el centro de las localidades. Los callejones también eran indispensables en los barrios árabes conocidos como medinas. Durante el periodo colonial, muchas urbanizaciones americanas apelaron a los callejones para posibilitar los traslados.
Las medinas eran barrios que se encontraban en el núcleo de ciertas ciudades árabes, y allí se ubicaban la Alcaicería, la Madrasa, la Mezquita y el zoco, entre otros edificios de gran importancia. La UNESCO reconoció como Patrimonio de la Humanidad la medina de Fez, la capital marroquí del Islam.
La presencia de los callejones en las zonas céntricas de ciertas ciudades europeas les aporta un misticismo muy particular, ya que les permite a los transeúntes apartarse momentáneamente de la rigidez propia de las avenidas modernas para moverse por caminos menos regulares, menos predecibles. Claro que si no conocemos la ciudad, adentrarnos en estas redes de callejones puede hacer que nos perdamos, algo que puede ser tan divertido y emocionante como contraproducente, según la situación y el carácter de cada uno.
La estrechez de los callejones permite proteger a los transeúntes de la acción del viento y contribuye a minimizar la sensación de calor en las jornadas de alta temperatura. De todos modos, el desarrollo urbano y el crecimiento del parque automotor hacen que los callejones sean cada vez menos frecuentes en la actualidad, aunque aún se conservan muchos por su relevancia histórica o cultural.
Según la región, la idea de callejón puede aludir a una calle que no tiene salida; a una calle corta, aunque no siempre estrecha; a un camino rural que se forma entre las hileras de los cultivos; o incluso a ciertas construcciones.
La expresión “callejón sin salida”, por otro lado, hace referencia a un asunto cuya resolución es imposible o, al menos, muy compleja: “Estoy en un callejón sin salida: mañana tengo que devolver el préstamo y no tengo dinero”, “Las palabras del presidente del club dejaron al entrenador en un callejón sin salida”.
Esta expresión puede entenderse como un sinónimo de «entre la espada y la pared» según el contexto, ya que ambas nos llevan a pensar en una situación decisiva, de la cual no se puede salir con facilidad y que exige a quien debe vivirla la toma de una decisión de gran importancia y muy comprometida. De hecho, en ambos casos existe una salida, aunque la primera expresión intente denotar lo contrario; el problema es que la misma se encuentra del lado del peligro, donde nos están apuntando con la espada.
Como nombre propio, encontramos este término en el apellido del futbolista José María Callejón Bueno, nacido en Granada en el año 1987. En el ambiente deportivo se lo conoce simplemente como Callejón. Su posición es la de mediapunta o extremo y se desempeña en el equipo S. S. C. Napoli, de la Serie A italiana. Su hermano gemelo, Juanmi Callejón, también es futbolista y trabaja en el equipo árabe Al-Ettifaq.
En el año 2002, se fundó en la ciudad de Düsseldorf, Alemania, un grupo musical de metalcore llamado Callejón. A pesar de la tendencia actual de la mayoría de las bandas a nivel mundial, que consiste en intentar llegar al mercado norteamericano, el repertorio de Callejón está principalmente en alemán.
