Se conoce como carcoma a diferentes especies de insectos coleópteros. Se trata de pequeños animales cuyas larvas se alimentan de madera, teniendo la capacidad de roerla y agujerearla.
También llamada quera, la carcoma produce un aserrín característico que recibe, asimismo, el nombre de carcoma. Otra particularidad de estos insectos es que generan un ruido que, en ocasiones, resulta perceptible.
Características de la carcoma
Las carcomas, de cuerpo negruzco, pueden tener una longitud desde 1,5 milímetros hasta unos 10 mm. Sus ojos presentan una notoria separación y se caracterizan por su gran tamaño.
Al comer madera, las carcomas son xilófagas. Suelen vivir en construcciones de este material realizadas por el ser humano, perforando las estructuras y creando galerías mientras son larvas. Luego, tras experimentar la metamorfosis que les permite convertirse en un coleóptero apto para volar, abandonan la madera. Sin embargo, en el exterior logran subsistir unos pocos días, muriendo después de poner sus huevos en alguna grieta.
Cabe resaltar que, por lo general, se denomina carcoma al insecto que integra el grupo familiar Ptinidae, también conocido como Anobiidae. De todas maneras, en ocasiones se llama del mismo modo a ejemplares de otras familias.
Su vínculo con el ser humano
Las larvas de carcoma tienden a comer madera seca. Por eso no es usual que se alimenten de árboles vivos ni de madera recién cortada. Por el contrario, prefieren las construcciones añejas y los muebles.
Las carcomas pueden alimentarse de puertas, sillas, mesas, bastidores y marcos, entre otros elementos. Muchas veces la gente no llega a ver al insecto, aunque sí advierte los orificios que hace y el aserrín que genera.
Por el daño que causa en diferentes artículos y estructuras, la carcoma es una plaga que las personas tratan de combatir con diversos métodos. Como el insecto no soporta las bajas temperaturas, puede recurrirse a la congelación de aquellos objetos que pueden trasladarse (los muebles, por ejemplo).
La inyección de sustancias específicas en los orificios causados por el animal y el uso de geles o productos que se pulverizan son opciones que suelen usarse a nivel hogareño.
La carcoma y las picaduras
Con frecuencia, quienes manipulan una madera afectada por la carcoma terminan con picaduras en sus manos o brazos. Pese a que se le suelen atribuir las ronchas a la propia carcoma, en realidad este insecto no pica.
Habitualmente las picaduras corresponden al Sclerodermus domesticus, un insecto que se alimenta de las larvas de la carcoma. Esto quiere decir que, donde hay carcomas, es común que también haya Sclerodermus domesticus, el cual puede picar a los humanos.
La picadura del Sclerodermus domesticus puede provocar mucho dolor, prurito, fiebre y malestar generalizado. Es importante considerar que, al combatir a la carcoma, por extensión se combate al Sclerodermus domesticus, que pierde su fuente de alimento.
Un libro de González Herrera
“Carcoma”, por último, es el título de un libro de la autora española Yurena González Herrera. La obra fue publicada en 2020 por Ediciones Baile del Sol.
Este trabajo de González Herrera se divide en cinco secciones. “Carcoma”, en total, presenta sesenta microrrelatos.