El término caricatura, cuya raíz etimológica se halla en la lengua italiana, alude a una sátira gráfica que se desarrolla deformando la apariencia de algo o de alguien. Se trata de un dibujo con fines humorísticos, que suele ridiculizar a su modelo.
Por ejemplo: “Esta mañana vi en el diario una caricatura muy graciosa del presidente”, “Polémica por una caricatura de Mahoma que publicó una revista europea”, “Cuando mi hijo vio su caricatura, se largó a llorar: no entendió que se trataba de una broma”.
Las caricaturas suelen crearse a través de la distorsión o la exageración de rasgos. La caricatura de un hombre de gran altura, por citar un caso, puede presentarlo como alguien tan alto como un edificio. Una persona narigona o nariguda, por su parte, puede aparecer en una caricatura con una nariz más grande que todo su cuerpo.
Además de lo expuesto, tenemos que establecer que para poder realizar una buena caricatura hay que seguir estas indicaciones que te indicamos a continuación:
-La regla más importante es que la caricatura tiene que contar con cierto parecido a la original.
-La clave es exagerar los rasgos faciales más significativos de la persona en cuestión. Rasgos que pueden sorprender tanto por ser muy grandes como muy pequeños. Por ese motivo, hay que tener en cuenta que quien va a realizar la caricatura es necesario que previamente analice bien el rostro del individuo que tiene delante.
-Aunque hay que exagerar esas características de la cara, es importante que el caricaturizador no deforme demasiado aquella. Claro, porque si lo hace lo que va a conseguir es que la persona no sea reconocible.
-Entre los pasos que se establece que van a permitir realizar una buena caricatura destacan los siguientes: dibujar el círculo del rostro y establecer las líneas guía teniendo en cuenta la perspectiva, establecer en cada zona de la cara los ojos, las orejas, la nariz, las cejas y la boca mediante trazos básicos. A partir de ahí habrá que continuar delineando y resaltando para luego proceder a establecer la totalidad del rostro.
Más allá de la comicidad, las caricaturas también pueden realizar una denuncia o constituirse como una crítica. Para esto se suele apelar a alegorías o a simbolismos. Si un dirigente político es caricaturizado como un buitre o un cuervo, se lo estará asociando a un ave de rapiña, que se alimenta de cadáveres.
Entre los personajes más famosos que se convierten en objetivo de los trabajos de los expertos en caricaturas son celebridades tales como políticos, actores, cantantes y deportistas. No obstante, cualquiera puede tener la suya pues son muchos los artistas que ofrecen este servicio, especialmente en zonas turísticas.
En algunos países, se llama caricatura a la serie o la película de dibujos animados: “Cuando era chico pasaba todas mis vacaciones viendo caricaturas en la televisión”, “Mañana vamos a ir a ver una película de caricaturas al cine”, “Mi hija ama las caricaturas”.
En el lenguaje coloquial, por último, se califica como caricatura a aquello que pretende ser algo pero no lo logra: “No entiendo cómo el club contrató a esta caricatura de futbolista”, “Esto no es un proyecto serio, es apenas una caricatura”.