Un catre es una cama precaria o provisoria que puede albergar a un solo individuo. El término tiene su origen etimológico en la lengua portuguesa.
Descripción general
Los catres ocupan poco espacio y en ocasiones son plegables. Por eso pueden trasladarse con facilidad. De esta forma, es habitual que los catres se utilicen en campamentos.
Las personas que no disponen de dinero para comprar camas convencionales también suelen utilizar catres. Por sus características, los catres resultan más económicos o incluso pueden fabricarse de manera artesanal.
En hospitales y centros de salud, a veces se recurre a catres para aquellos pacientes que no requieren de internación, sino que necesitan un tratamiento ambulatorio o desean realizar una consulta médica. Si el nosocomio está colapsado o carece de los recursos suficientes, puede realizar un uso más extensivo de los catres. Dependiendo de la región, el catre puede o no tener ruedas en sus patas, así como diferentes posiciones.
Catre de tijera
Se denomina catre de tijera a la estructura cuyo lecho se desarrolla con cuerdas o tejidos entrelazados y su armazón presenta cuatro pies y dos largueros cruzados a modo de aspa. Estos catres, gracias a contar con una clavija, pueden ser plegados. Cabe agregar que algunos modelos de camas para bebés también se llaman de esta manera.
A simple vista, la diferencia más evidente entre este tipo y el normal, como ser el que se usa en los hospitales, es que sus patas quedan cruzadas una vez que se monta. Esto lo vuelve similar a muchos otros muebles plegables, como ser mesas o bancos, que requieren esta característica para ocupar el menor espacio posible a la hora de guardarlos o transportarlos.
Luego podemos apreciar que el material de la estructura de un catre convencional es el metal, mientras que el de uno de tijera suele ser la madera. Por último, la base sobre la que se apoya el usuario es de tela o cuerdas, mientas que el otro suele requerir el uso de un colchón complementario.
Más allá de las diferencias estéticas, es necesario señalar que este producto puede ser usado para dar estilo a un jardín o un patio, por personas con un alto poder adquisitivo, mientras que el catre de metal, como bien se menciona más arriba, es una alternativa económica a la cama tradicional.
En el habla cotidiana
La expresión caído del catre, por otra parte, se emplea en algunos países sudamericanos para hacer referencia a un sujeto ingenuo o de escasa inteligencia. Por ejemplo: “Román es un caído del catre, ¿cómo va a sufrir un engaño tan burdo?”, “No trates de estafarme, no soy ningún caído del catre”, “El caído del catre de mi primo le entregó todos sus ahorros a un supuesto agente de inversiones que se marchó con su dinero”.
Si analizamos la expresión en detalle podemos deducir que habla de una persona poco consciente de su entorno, que no es capaz de advertir el engaño porque no presta atención. De hecho, es probable que su origen se halle en la idea de alguien que por no estar atento a los límites de la cama se caiga al darse la vuelta.
Otra característica propia de los individuos que responden a esta descripción es que se asombran al enterarse de cosas que la mayoría de la gente conoce desde hace mucho tiempo. Por ejemplos: «Pero, no seas un caído del catre, ¿en serio no sabías que esto era una táctica de venta forzosa?», «Por supuesto, este caído del catre tardó tres meses en darse cuenta de que Clara y yo somos pareja, aunque nunca lo hayamos ocultado».