Las competencias digitales son las aptitudes y los conocimientos que hacen posible que un individuo utilice las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de un modo eficiente y seguro. Estas habilidades contribuyen al desarrollo integral de la persona, tanto a nivel laboral o académico como en cuestiones vinculadas a la socialización, la cultura y el ocio.
Competencia es un término que procede del vocablo latino competentia. En este caso, nos interesa su acepción como la aptitud o la destreza para realizar algo. Digital, en tanto, es un adjetivo que alude al sistema basado en la generación, el almacenamiento, la exhibición y el traslado de información a través de una combinación de bits (una unidad que mide la cantidad de información y que equivale a la opción entre dos posibilidades que tienen la misma probabilidad).
Puede decirse, de este modo, que las competencias digitales son aquellos saberes necesarios para la navegación web, la búsqueda de información en línea, el uso de redes sociales y otras actividades relacionadas con la informática. Trabajar en pos de la inclusión digital para que todos los ciudadanos puedan adquirir estas pericias y aprovechar estas herramientas y recursos es una obligación del Estado.
Su importancia
Las competencias digitales son claves para adquirir conocimientos de todo tipo, entablar vínculos sociales, realizar gestiones ante organismos estatales y acceder a las propuestas de la industria del entretenimiento. De hecho, la división entre el mundo físico y el universo virtual es cada vez más imprecisa o tenue ya que ambas dimensiones se entrecruzan constantemente: saber desenvolverse en el entorno digital, pues, resulta imprescindible.
Las competencias digitales resultan trascendentales en muchos contextos. Por un lado, incrementan las opciones de ser contratado en un empleo. En numerosos sectores, las competencias digitales son elementales para cumplir con las actividades laborales; sin ellas, imposible ser tenido en cuenta.
Estas destrezas, asimismo, aumentan la productividad. Esto es crucial para empleados y emprendedores, que pueden aprovechar las ventajas de las hojas de cálculo, los programas de procesamiento de texto y otras posibilidades.
Las competencias digitales, por otra parte, favorecen la participación y la colaboración. Al facilitar las interacciones, la persona cuenta con más chances de intervenir en diferentes asuntos.
Tipos de competencias digitales
Las competencias digitales pueden clasificarse o agruparse de distintas maneras. Hay habilidades relacionadas con el análisis de datos: la evaluación de fuentes digitales, la analítica web, el uso de herramientas de inteligencia artificial para trabajar con big data, etc. En estos casos, se espera que la persona esté en condiciones de buscar, encontrar y procesar información.
Otro tipo de competencia de esta clase es aquella que permite la creación de contenido digital y su difusión. Los conocimientos sobre SEO (optimización de motores de búsqueda) y SEM (marketing en motores de búsqueda), la edición de imágenes y el diseño gráfico pueden enmarcarse en este conjunto.
No se puede dejar de mencionar que la capacidad de desarrollar una comunicación en línea también es un tipo de competencia digital muy importante. Implica poder generar, transmitir y recibir mensajes a través de Internet.
Tampoco hay que olvidar la existencia de competencias digitales más técnicas, que requieren una formación específica. Se trata de los conocimientos que posibilitan la programación y codificación o el desarrollo de aplicaciones, por ejemplo.
El rol del Estado
Desde hace más de un siglo se entiende y acepta que el Estado tiene la obligación de garantizar la educación básica de sus ciudadanos. En este marco, primero se tuvo en cuenta la alfabetización (aprender a leer y escribir) y luego se fueron sumando otros saberes básicos.
Hoy ya se sabe que con la formación «tradicional» (analógica) no alcanza para satisfacer las necesidades ni desarrollarse en plenitud. Por eso cada vez más gobiernos adquieren un compromiso con la alfabetización digital.
Muchos países cuentan con programas e iniciativas para reducir la brecha digital: es decir, el abismo que surge entre quienes tienen acceso a estos recursos y saben emplearlos y aquellos que no. La formación en habilidades digitales incluye materias o asignaturas en centros escolares pero también plataformas educativas de aprendizaje electrónico (e-learning), orientadas a quienes ya disponen de una base mínima de conocimientos.
Cabe destacar que la UNESCO resalta la importancia de la alfabetización digital, definiéndola como la capacidad de generar, entender y gestionar información a través de un uso seguro y adecuado de las TIC. De acuerdo al organismo, estas competencias digitales son indispensables para el empoderamiento de los individuos y para combatir los discursos de odio y la desinformación.
Ejemplos de competencias digitales
Supongamos que una persona desea contratar un nuevo servicio de telefonía. Para conocer las distintas opciones, ingresa al sitio web de cada compañía, donde interactúa con asistentes virtuales en chatbots. Así accede a información sobre diversos planes y elige uno, el cual contrata en el sitio de una de las empresas. Como se puede advertir, todo el procedimiento es posible ya que el sujeto en cuestión cuenta con las competencias digitales necesarias.
Tomemos el caso de un joven que advierte la escasa memoria disponible que le queda en su teléfono. Para superar este inconveniente, recurre a un servicio de almacenamiento en la nube con el objetivo de guardar sus fotografías y liberar espacio en su dispositivo. Puede desarrollar dicha acción gracias a sus competencias digitales.
Pensemos ahora en una mujer que pone en marcha un emprendimiento de repostería artesanal. Como parte de las labores que lleva adelante, realiza campañas de marketing digital para dar a conocer sus propuestas y crea una tienda de comercio electrónico donde los clientes pueden comprar sus productos y pagarlos a distancia. Sin competencias digitales, nada de esto hubiera sido posible.
Participar en videoconferencias para cumplir con tareas laborales bajo la modalidad de teletrabajo; completar MOOCs (cursos en línea masivos y abiertos) para obtener certificaciones en línea; y realizar consultas a médicos vía telemedicina son otros ejemplos de acciones que implican la aplicación de competencias digitales.