Procedente del vocablo latino congregatio, se llama congregación a la asamblea o la reunión que se organiza con el objetivo del tratamiento de ciertos asuntos. Más allá de esta acepción, que es la primera mencionada en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el concepto suele aludir a una comunidad de religiosos o a una hermandad de fieles.
En el marco de la religión católica, una congregación suele ser un cuerpo de sacerdotes que ejercen ministerios eclesiásticos. En concreto, se denomina congregación religiosa católica al grupo que forman los integrantes de un instituto de vida consagrada, quienes emiten votos de pobreza, obediencia y castidad y llevan una vida fraterna en común de acuerdo a determinadas constituciones.
Las congregaciones laicales están compuestas por individuos que no son sacerdotes y que pronuncian votos simples. La Familia Marista (creada por Marcelino Champagnat) y los Hermanos del Sagrado Corazón (agrupación fundada por André Coindre) son ejemplos de congregaciones laicales.
Las congregaciones clericales, por su parte, tienen miembros que también pronuncian votos simples, aunque se encuentran en un camino hacia el sacerdocio. La Familia Salesiana (que se inspira en San Francisco de Sales) y la Congregación de los Agustinos de la Asunción (que fundó Emmanuel d»Alzon) están entre estas congregaciones.
Cabe destacar que la Santa Sede dispone de juntas conocidas como congregaciones, cuya misión es encargarse de diferentes asuntos. La Congregación para la Doctrina de la Fe, en este marco, es un órgano que se encarga de preservar la doctrina de la Iglesia católica. Fue fundada en 1542 y renombrada en distintas oportunidades.
Para las iglesias protestantes, este concepto hace referencia a la agrupación de fieles que surge por un acuerdo o un convenio que establecen entre ellos, y no precisamente por un credo. Las iglesias pertenecientes a la política congregacionalista entienden la congregación como una iglesia autónoma, que escoge de forma libre unirse a otras similares para crear una asociación de congregaciones o denominación cristiana para que puedan ayudarse de forma mutua.
Cabe mencionar que el congregacionalismo es un movimiento que data de finales del siglo XVI en Inglaterra que tenía el objetivo de enfatizar el derecho y el deber que cada congregación tenía de practicar su propio gobierno, sin depender de ninguna otra autoridad. Puede definirse como una extensión del puritanismo, una facción radical que comenzó con la reforma inglesa y fue contemporánea al mandato de Isabel I, basada en la supremacía absoluta de Dios sobre la organización de las civilizaciones humanas, como una autoridad que debía reformarnos para llevarnos a una vida sumida en la obediencia y la humildad.
Por lo general, los seguidores del congregacionalismo se apartaron de los credos y pusieron un especial énfasis en la predicación en lugar de los sacramentos, con la excepción de la eucaristía y el bautismo. Es posible distinguir con claridad a los congregacionalistas ingleses, que podríamos identificar con los precursores de este movimiento, de los norteamericanos, la mayoría de los cuales se encuentran asociados con la Iglesia Unida de Cristo, uno de cuyos miembros es el propio expresidente Barack Obama.
Algunos de los ejemplos más comunes y conocidos de política congregacional se pueden encontrar en el unitarismo universalista, los discípulos de Cristo (una denominación fundada en el siglo XIX por Thomas y Alexander Campbell)) y las iglesias bautistas.
Con respecto a los Testigos de Jehová, el significado que le dan al término congregación es la unidad fundamental y primaria de los fieles, quienes se agrupan en un territorio bien definido y puede tener un número de participantes que va desde los treinta hasta los ciento setenta. Por otro lado, también se puede hacer referencia a todos los creyentes del mundo usando esta palabra.
