La Convención sobre los Derechos del Niño es un compromiso que, en 1989, asumieron los líderes mundiales al aprobar un tratado impulsado desde la Organización de las Naciones Unidas con la finalidad de proteger y reconocer los derechos que poseen las personas menores de dieciocho años de edad.
Esta disposición de alcance internacional apunta a defender y promover los derechos humanos que tienen niñas, niños y adolescentes y que contemplan desde aspectos vinculados a su salud y nutrición hasta cuestiones referidas a su educación, privacidad y libertad.
Se trata de un acuerdo enriquecido por decenas de artículos aceptado por representantes de casi doscientos países. El contenido se orienta a preservar el derecho a la vida, supervivencia y desarrollo; velar por el interés superior del niño, incitar la no discriminación y darle espacio y respeto a la participación infantil.
Principios de la Convención sobre los Derechos del Niño
Al suscribirse y ratificar la adhesión a la Convención sobre los Derechos del Niño, cada Estado tiene la obligación de garantizarle a los individuos que no han cumplido aún 18 años de existencia todos sus derechos sin distinción de nacionalidad, color de piel, credo, género, raza, idioma, etc.
Si bien se ha avanzado mucho al respecto, todavía queda un extenso camino para conseguir que se cumpla a escala universal este tratado. Además, la evolución constante y las dinámicas cambiantes de las sociedades plantean nuevos desafíos asociados a resguardar a los menores frente a los peligros inherentes al uso masivo de la tecnología y al cuidado de la salud mental, por ejemplo.
En territorio argentino, por describir un caso puntual a modo de referencia, la Convención fue ratificada en 1990 y, temporadas después, adquirió un rango constitucional. Se sancionó más tarde una ley, la número 26.061, centrada en la protección integral de los derechos propios de niños, niñas y jóvenes a fin de hacer cumplir, en la práctica, los lineamientos de la citada Convención.
En este marco, se aboga por satisfacer y respetar las garantías y los derechos que les permiten un crecimiento y desarrollo pleno, les dan voz y libertad para que la opinión del niño se tenga en cuenta.
En Argentina ha nacido, asimismo, un programa de aplicación nacional que se ha bautizado como “JUGar” y aborda el derecho al juego y recreación. Porque los chicos deberían crecer siempre en entornos familiares armoniosos donde exista un compromiso absoluto con el cuidado y la protección infantil; donde reinen el amor, la contención y la felicidad; en hogares en los cuales se les inculquen buenos hábitos y valores; y en espacios con oportunidades para descansar, aprender, jugar y expresarse libremente.
Problemáticas y realidades que afectan a la niñez
Si bien abundan los organismos, las fundaciones y los movimientos sociales que trabajan en pos de la defensa de los derechos de los niños, hay a lo largo y ancho del planeta una gran cantidad de bebés y chicos que no tienen las condiciones básicas para transitar una infancia libre de preocupaciones, normal, saludable, estable y feliz.
La violencia contra niños no reconoce fronteras, lamentablemente. Las estadísticas dan cuenta de la existencia de numerosas víctimas de maltrato infantil y de pequeños sometidos a explotación sexual.
Tampoco se puede ignorar que la niñez de millones de seres humanos resulta anulada o impedida a raíz de conflictos armados que, entre sus múltiples consecuencias, provocan una oleada de niños refugiados que huyen de sus hogares para sobrevivir o tener una esperanza de futuro. Los desastres naturales agudizados por el cambio climático también está haciendo aumentar significativamente los índices de desplazamientos forzados de miles de familias.
Niños y niñas del mundo entero tendrían que crecer en una vivienda adecuada cobijados por el afecto y el acompañamiento de madres, padres o tutores. Merecen recibir una nutrición acorde a sus necesidades, socializar, contar diariamente con momentos de esparcimiento y diversión, ser respetados tanto en sus pensamientos como en su integridad física y tener acceso a controles periódicos de salud. Sin embargo, la infancia y la juventud de muchos se ve arruinada por abandonos familiares, violencia doméstica, abusos, sometimiento traducido en trabajo infantil, desprotección y trata de niños, entre otras situaciones.
Actualidad vinculada a la Convención sobre los Derechos de los Niños
Tras aprobarse un dictamen que lleva a 16 años la edad penal en suelo peruano, desde el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) emitieron un comunicado para recordar que hay artículos de la Convención sobre los Derechos del Niño focalizados en la protección de chicos y jóvenes, quienes no pueden ni deben ser juzgados ni condenados bajo el régimen fijado para los adultos.
Asimismo, aprovechando un nuevo aniversario de la firma de la Convención sobre los Derechos de los Niños, UNICEF y Aeropuertos del Perú establecieron en 2024 una alianza para garantizar el derecho al juego en la infancia. En ese contexto, se implementaron iniciarivas didácticas para amenizar la espera del despegue de un avión con momentos de diversión y aprendizaje. En simultáneo, se aprovecha la congregación de gente para difundir el trabajo de UNICEF y sensibilizar a los viajeros respecto a problemas y desafíos que, en la actualidad, enfrentan en la superficie peruana muchos chicos y adolescentes.