La noción de costumbrismo se emplea en el terreno de la literatura y las artes plásticas. Así se denomina a la corriente que se orienta a mostrar y describir las costumbres de una región.
Una costumbre es un hábito o una tradición. Surge a partir de un modo cotidiano o frecuente de actuar; cuando la costumbre es compartida a nivel social, se constituye como un rasgo de una cultura.
Características del costumbrismo
Puede entenderse al costumbrismo como un movimiento o una tendencia. Su característica principal es que refleja las costumbres de una sociedad, con lo cual contribuye a la difusión de su folklore.
Los escritores y los pintores que se adscriben al costumbrismo suelen dedicarse a observar y retratar la realidad, sobre todo aquello vinculado a los usos y las prácticas habituales o ancestrales.
Lo que hacen estos artistas es representar escenas tradicionales de una zona o de un grupo social. Las obras, de este modo, reflejan algún aspecto de la cotidianeidad y se asocian a la construcción de la identidad colectiva.
Sus orígenes
Los orígenes del costumbrismo se remontan al siglo XIX. Su surgimiento está relacionado con el desarrollo del romanticismo y la pretensión de conservar y recuperar las tradiciones amenazadas por la migración de la población rural a las ciudades y por el desarrollo de la Revolución Industrial.
Con puntos en común con el realismo, el costumbrismo se propone realizar retratos pintorescos. Por eso no suele incursionar en la crítica social. Sus manifestaciones más importantes aparecen en la literatura española desarrollada en la mitad del 1800, época que coincide con una mayor facilidad para viajar gracias a nuevos medios de transporte.
A partir de esos traslados más asiduos, diversos autores comenzaron a entrar en contacto con costumbres de múltiples lugares. Esas observaciones fueron plasmándose en textos de una forma pintoresca y romántica.
Más allá de las letras, el costumbrismo también irrumpió en el grabado y la pintura. Por otra parte, trascendió las fronteras españolas y desembarcó en el continente americano, con exponentes costumbristas de relevancia en países como Argentina, Colombia y México, entre otros.
El objetivo del costumbrismo
Aunque no se trató de un movimiento uniforme y cada autor tenía sus propias visiones y posturas, en un sentido amplio puede decirse que el costumbrismo perseguía la reivindicación o la descripción de costumbres que estaban en riesgo o que incluso se fueron perdiendo con los avances de la modernidad.
El costumbrismo no realizaba un análisis profundo ni establecía un juicio: simplemente, trataba de reflejar esas tradiciones. Los avances de la ciencia y la mencionada Revolución Industrial propiciaron cambios notorios en la sociedad, por eso los escritores y los artistas costumbristas intentaron recuperar ciertas acciones y conductas que empezaban a quedar en desuso o que pronto dejaron de formar parte del día a día.
Literatos como Mariano José de Larra, Ramón de Mesonero Romanos, Esteban Echeverría, Alcides Arguedas, Jorge Isaacs y Emilio Rabasa aparecen entre los referentes del costumbrismo en España y América Latina. Si nos centramos en las artes plásticas, sobresalen nombres como Manuel Cabral, Manuel Rodríguez de Guzmán y Leonardo Alenza y Nieto.