La criba es una herramienta formada por un aro que dispone de una malla. Este utensilio se utiliza para ahechar: limpiar granos o semillas. Al emplear la criba, es posible quitar las sustancias sólidas no deseadas que se encuentran mezcladas con los granos.
Cuando se hace que los granos pasen por la criba, se logra separar los elementos más pequeños de aquellos más grandes gracias a la malla. Así se eliminan las impurezas que no son útiles. Al cribar el trigo, por ejemplo, se puede excluir la paja.
Los agujeros de la malla de la criba tienen distintos tamaños de acuerdo a su uso. Esta característica depende de aquello que se pretende eliminar: si se quiere quitar el polvo, por citar un caso, las aberturas deben ser minúsculas.
El modelo más sencillo de criba también se conoce con otros nombres, como ser juera, zaranda, harnero y cribo. Su aro es ancho pero de poca profundidad, y se fabrica en madera. Como se menciona más arriba, los tamaños de los agujeros varían según el uso que se le dé a la herramienta, así como al tipo de grano que se pretenda ahechar. El material que se suele usar para el fondo de la criba es cuero crudo, y es ésta la parte que se taladra.
En España, por ejemplo, existía la profesión denominada ahechador. Estas personas contaban con varias cribas, cada una con los agujeros de diferentes tamaños y disposiciones, y realizaban sus labores para terceros. En pocas palabras, el procedimiento consistía en tomar el grano de a poco, en cantidades pequeñas que fueran fáciles de procesar, y apoyar la criba contra la cintura para luego realizar un movimiento de lado a lado con el cuerpo, hasta que finalmente le daban a un movimiento circular, la inclinaban hacia el frente y la apartaban de forma repentina.
Lejos de ser arbitrario, este movimiento coordinado conseguía que se reuniesen las partes no deseadas más ligeras que el trigo en el borde frontal de la criba, de manera que al apartarla de manera brusca, levantarla y bajarla, caían al suelo mientras que en la criba quedaba el grano bueno. Sobra decir que esta tarea era difícil de dominar, ya que exigía mucha práctica y precisión, además de una gran resistencia física para repetirla durante varias horas.
La idea de criba también tiene otras acepciones. En el ámbito de la botánica, se denomina criba a los tabiques que se hallan en ciertos vasos de las plantas. Estos tabiques cuentan con agujeros que son atravesados por la savia.
Criba, por otra parte, es un proceso de selección que se caracteriza por su rigurosidad. Por ejemplo: “Luego de cuatro meses de exámenes, logré superar la criba: ya formo parte del Instituto Nacional de Ciencias Tecnológicas”, “Quienes consigan pasar la criba se sumarán al plantel profesional”, “En esta organización no hay criba, todos son bienvenidos”.
En el contexto de las matemáticas, las cribas son algoritmos que se emplean para la factorización de números enteros en factores primos. La criba de Eratóstenes y la criba de Atkin son algunos de estos algoritmos.
El algoritmo denominado criba de Eratóstenes permite arrojar todos los números primos que se encuentran por debajo de uno dado, que debe pertenecer al conjunto de los naturales (aquéllos que sirven para contar elementos, o sea que son enteros positivos). Se comienza por el 2 y se elabora una tabla que termina en dicho límite, el cual se representa con la letra n.
La criba de Atkin se basa en la de Eratóstenes pero ofrece un cierto grado de optimización. Tiene el mismo objetivo que el anterior y evita algunos pasos, aunque agrega otros.