El cambio de la superficie visible de la Luna desde la Tierra da lugar a las llamadas fases lunares: una de ellas se conoce como cuarto menguante. Estas modificaciones se producen por el cambio de posición del satélite respecto a nuestro planeta y al Sol.
Las fases lunares se suceden entre sí, creando un ciclo conocido como lunación. En este marco, la superficie visible de la Luna va creciendo hasta que aparece la Luna llena (se ve iluminada la totalidad de la cara de la Luna que mira hacia la Tierra). Luego, dicha superficie comienza a reducirse gradualmente.
El cuarto menguante es una fase en la cual la superficie de la Luna visible desde nuestro planeta se va reduciendo. En esta fase, la Luna es visible durante la madrugada y la mañana. La superficie que se puede observar pasa, en el periodo, del 65% al 35%.
La lunación
El ciclo lunar comienza con la Luna nueva, cuando no puede verse más de un 2% de la superficie del satélite. Luego llegan la Luna creciente, el cuarto creciente y la Luna creciente gibosa hasta arribar a la Luna llena, el momento de mayor visibilidad desde la Tierra. En todas estas fases, la superficie visible va en aumento.
Tras la Luna llena, se suceden la Luna menguante gibosa, el cuarto menguante y la Luna menguante cóncava. Finalmente vuelve a aparecer la Luna nueva y la lunación comienza una vez más.
Con el cuarto menguante, quienes se encuentran en el hemisferio norte pueden observar la parte izquierda de la Luna, mientras que aquellos que están en el hemisferio sur pueden ver la parte derecha.
Curiosidades del cuarto menguante
La influencia de las fases lunares en la vida del ser humano es considerable, y muchas personas planifican varios aspectos de su día a día basándose en este fenómeno. Para explicar algunas de las tantas formas en las que nuestro satélite natural puede afectarnos, nos situaremos en el Caribe, a mediados del mes de octubre.
Se dice, por ejemplo, que la fase de cuarto menguante es el momento ideal para el desarrollo del bonsái, los árboles y plantas que se cultivan en bandejas controlando su tamaño para que sean muy pequeños. Si queremos que crezca con una buena densidad de hojas, durante esta fase de la luna debemos cortar los brotes o las yemas de las hojas nuevas y frenar su crecimiento el primer día de cuarto menguante.
La jardinería en sí se ve beneficiada durante el cuarto menguante, y por eso muchos recomiendan dedicar estos días a la aplicación de abono, a la poda y a los trasplantes para lograr los mejores resultados.
Si bien se cree que durante el cuarto menguante no crecen mucho las plantas sino que el suelo «descansa», por así decirlo, puede ser una etapa favorable para la curación de ciertos árboles y plantas que se encuentren enfermos, y para ello es necesario brindarles todos los nutrientes posibles.
Influencia sobre los insectos
Otras curiosidades de la luna cuarto menguante en la primavera del hemisferio sur es que su luz puede servir para regular la actividad de diversas especies de insectos: dependiendo de cada una, esto puede afectarlas de forma favorable o desfavorable, según necesiten la total oscuridad o la claridad para crecer y desarrollarse. En el caso del gusano de las crucíferas, por ejemplo, la falta de luz limita su crecimiento.
Se recomienda a las personas que se dedican a la agricultura aprovechar el cuarto menguante para arar la tierra y quitarle las malas hierbas, de manera que esté lista para la nueva cosecha. Con respecto a la influencia de la luna en la actitud de las personas, se dice que durante esta fase aumenta nuestra predisposición a las labores domésticas.