Deambulatorio califica a aquello vinculado al acto de deambular (andar sin rumbo fijo). Este vocablo, que pertenece a la categoría de adjetivo, llegó a nuestro idioma proveniente del latín tardío deambulatorium, que puede traducirse como “galería”.
Libertad deambulatoria
Libertad deambulatoria es el derecho que tiene una persona de dejar el lugar donde se encuentra para trasladarse a otro sitio. Esto quiere decir que ningún individuo puede ser detenido o retenido excepto en los casos en los que la ley lo establece de forma expresa.
Supongamos que un joven está caminando por la calle. Un policía no tiene la potestad de interrumpir su paso, subirlo a un patrullero y encerrarlo en una comisaría por esa simple acción, ya que si lo hiciera estaría coartando la libertad deambulatoria del muchacho. En cambio, si ese mismo joven camina por la calle con un revólver en la mano, hay un justificativo legal que habilita a un agente policial a impedirle que siga deambulando.
Si bien esto se debe cumplir en condiciones normales, sí existen excepciones en las cuales los gobiernos pueden justificar una restricción de éste y otros derechos fundamentales. Tal es el caso de un estado de alarma, causado por alguna situación que ponga en riesgo la vida o la salud de los ciudadanos si circulan por la vía pública con total libertad.
Un ejemplo de la historia mundial reciente tuvo lugar co la pandemia de coronavirus: además del uso obligatorio de mascarilla, en diversas ciudades se impusieron límites de horarios para la circulación por las calles o incluso la prohibición de ir a la playa o hacer reuniones privadas. Resulta muy difícil para las autoridades mantener el orden en un caso como éste, ya que mucha gente se opone a una medida tan estricta. Pero la libertad deambulatoria podría esparcir un virus por todo el territorio en cuestión de días.
En arquitectura
Un deambulatorio es una zona transitable que se ubica detrás del presbiterio (el lugar de una iglesia católica anterior al altar mayor) y permite acceder a otras capillas que se hallan en el ábside (la zona del templo que se encuentra en la cabecera, donde está el altar). También se conoce con el nombre de girola. El deambulatorio, de este modo, posibilita que se circule entre el altar mayor y el ábside.
Esta acepción se enmarca en el ámbito de la arquitectura, en particular de la románica, un estilo que predominó en el occidente de Europa entre los siglos XI y XIII. El origen de los deambulatorios se remonta a la Edad Media. Luego, con el arte románico, se volvieron frecuentes en las iglesias de peregrinación. Durante el auge del gótico también mantuvieron su popularidad.
Gracias al deambulatorio, se minimizaron los amontonamientos en los templos adonde solían acudir los peregrinos para la veneración de reliquias. Este espacio funciona a modo de corredor. No sólo proporcionaba la fluidez adecuada para que los fieles recorrieran las iglesias y pasaran por todos los puntos deseados, sino también para que no interrumpieran las celebraciones que estuvieran teniendo lguar en la capilla mayor.
Por lo general, podemos observar el presbiterio en la cabecera de la nave, y luego la capilla principal, con el altar mayor en su interior, en un espacio de forma poligonal o de semicírculo. En una distribución como ésta, es normal que el deambulatorio se forme extendiendo las naves laterales que rodean el ábside desde fuera. En algunos casos, éstos no se separan mediante un muro, sino con arcos para dar potenciar la agilidad de su circulación. Del mismo modo, es también común que alrededor del deambulatorio se construyeran absidiolos (ábsides menores), con una capilla de pequeño tamaño en cada uno de ellos.