Lo primero que vamos a hacer es determinar el origen etimológico del término que nos ocupa. En este caso, tenemos que exponer que se trata de una palabra que deriva del latín, concretamente de «debitum», que puede traducirse como «deuda» y que es fruto de la suma de tres partes diferenciadas:
-El prefijo «de-«, que viene a indicar «privación» o «de arriba hacia abajo».
-El verbo «habere», que es sinónimo de «tener».
-El sufijo «-to», que se emplea para indicar que «ha recibido la acción».
Qué es el débito
La noción de débito se emplea en el ámbito de la economía y las finanzas. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce el término como sinónimo de deuda: una obligación que se debe satisfacer o pagar.
Si nos centramos en el terreno de la contabilidad, el débito es una anotación que se registra en el debe y representa algo que ya es propiedad de la persona. El concepto opuesto es el de crédito, que se anota en el haber.
Tarjeta como medio de pago
Las tarjetas de débito constituyen uno de los mecanismos de pago más usados en la actualidad. Se trata de una tarjeta que dispone de una banda magnética y, en ocasiones, de un chip. Esta tarjeta está asociada a una cuenta bancaria (una caja de ahorro o una cuenta corriente): cuando el usuario decide pagar una compra con la tarjeta de débito, el dinero correspondiente se extrae de la cuenta en cuestión.
Esto quiere decir que el dinero usado para abonar una adquisición con tarjeta de débito formaba parte del patrimonio del sujeto. Si en su cuenta bancaria contaba con 10.000 pesos y realiza una compra de 2.000 pesos con su tarjeta de débito, el saldo disponible pasará a ser de 8.000 pesos. Cuando se emplea una tarjeta de crédito como medio de pago, en cambio, el comprador contrae una deuda: deberá pagar la compra en el futuro.
Es importante tener en cuenta que si el individuo carece de saldo en la cuenta bancaria, no puede utilizar la tarjeta de débito, ya que no hay dinero disponible para debitar.
Débito vs. crédito
Numerosas son las ventajas que se considera que tienen las tarjetas de débito frente a las de crédito y entre esas podemos destacar las siguientes:
-La primera y más importante es que se evita que la persona que tiene una de ellas se adeude. Y es que solo hará uso del dinero que tiene en una cuenta a la que está asociada la tarjeta. Si no hay dinero en esa cuenta, no dispondrá de ninguno.
-De la misma manera, se destaca el hecho de que es mucho más fácil contratar una tarjeta de débito que una de crédito. Eso es debido a que para la primera simplemente hay que abrir o disponer de una cuenta corriente.
-Por regla general, suelen ser gratuitas y no van asociadas a ningún tipo de cargo de mantenimiento o de renovación.
-Asimismo, hay que destacar que ayudan a tener los gastos bajo control, es decir, ayudan a no gastar más de lo debido.