El vocablo del latín tardío decēnus llegó a nuestra lengua como decena. Así se denomina a un conjunto formado por diez elementos o unidades.
Por ejemplo: “La explosión que se produjo por un escape de gas provocó una decena de heridos”, “El gobierno municipal anunció un proyecto para restaurar una decena de edificios históricos en el casco antiguo de la ciudad”, “Anoche con Claudio nos comimos una decena de sándwiches mientras mirábamos el partido”.
Si una persona ingresa a una panadería y pide una decena de baguettes, el panadero le dará diez unidades de estos panes. De igual forma, si alguien entra a una papelería o librería y solicita al vendedor una decena de sobres, el trabajador le entregará diez sobres.
Uso impreciso del concepto de decena
La idea de decena, en ocasiones, se emplea de manera imprecisa o a modo de referencia. El conductor de un noticiero puede indicar en TV que un ataque terrorista dejó como saldo más de una decena de víctimas fatales. La expresión alude a que ya se ha confirmado que, al menos, once personas perdieron la vida. Sin embargo, aún no se sabe exactamente la cantidad de muertos.
Una madre, por otra parte, puede decirle a su hijo: “¡Te pedí una decena de veces que ordenaras tu cuarto y aún no lo has hecho!”. Posiblemente la mujer no le haya dado la orden diez veces a su hijo, o tal vez ni siquiera recuerda la cantidad de veces que le solicitó lo mismo. Pero el uso del término decena permite enfatizar que se trata de un pedido repetido en muchas ocasiones.
El término en las matemáticas
En el ámbito de las matemáticas, más específicamente en la rama de la aritmética (también conocida con el nombre de teoría de números) hablamos de decena también para indicar el dígito que en un número en sistema decimal representa las cantidades iguales o mayores a diez y menores a cien. Si tomamos el número 324, por ejemplo, podemos decir que el 3 representa la centena, el 2, la decena, y el 4 es la unidad.
Una de las ventajas del uso de estos conceptos es la posibilidad de agrupar las cantidades muy elevadas y expresarlas de forma más clara. Si simplemente pudiéramos hacer uso del concepto de unidad para representar los números, en el caso anterior deberíamos decir que estamos ante trescientas veinticuatro unidades; esto resultaría muy difícil de manipular para realizar ciertos cálculos, tanto simples como complejos, y es por eso que nos conviene descomponerlo en diferentes conjuntos.
La decena en las sumas
A la hora de hacer una suma, podemos enfrentarnos a la necesidad de pasar un grupo de diez unidades a la columna de las decenas para seguir adelante, y luego puede ocurrir que debamos hacer lo mismo pero partiendo de las decenas hacia las centenas, y así hasta que ya no existan restos.
Veamos un ejemplo práctico para entender esta mecánica y sus beneficios a la hora de sumar dos números:
* para resolver la operación 74 + 58, comenzamos por la columna de las unidades. 4 + 8 es igual a 12, un número que puede descomponerse en una decena y dos unidades;
* en el espacio destinado al resultado, por lo tanto, escribimos un 2 y «pasamos» el 1 a la columna de las decenas, donde deberemos sumarlo al 7 y al 8;
* una vez más, el resultado en esta columna excede el límite permitido (un solo dígito), ya que es 13. En este caso, debemos interpretar el número como una centena y tres decenas, por lo cual colocamos un 3 en el resultado y llevamos el 1 a la columna siguiente, donde quedará intacto ya que los dos sumandos eran menores a 100. Por esta razón, lo podemos escribir directamente en el resultado total de la suma, que es 132.