El concepto de decoloración, derivado del vocablo latino decoloratio, refiere al acto y el resultado de decolorar. Este verbo, que también puede nombrarse como descolorar, alude por su parte a suavizar o eliminar el color.
Por ejemplo: “Estoy buscando algún producto natural para la decoloración del cabello”, “Los sucesivos lavados irán produciendo poco a poco la decoloración de los pantalones”, “El director del museo convocó a un restaurador para determinar cómo se puede revertir la decoloración de la famosa pintura”.
La decoloración del cabello es uno de los tratamientos estéticos más habituales. Muchas personas desean aclarar el color de su pelo, para lo cual apelan a distintos productos. Es importante tener en cuenta que ciertas sustancias que sirven para la decoloración son, en realidad, nocivas para el cabello y hasta para el organismo. Por eso es importante recurrir a aquellos productos que son recomendados por los estilistas profesionales.
A nivel general, para decolorar el cabello primero se necesita alterar su capa externa, conocida como cutícula. Una vez que las escamas se abren, la sustancia decolorante llega al interior del cabello y actúa sobre los pigmentos naturales. Así, de manera progresiva, se va desarrollando la decoloración, que cambia el tono del cabello poco a poco.
Mucha gente desea decolorar su cabello por cuestiones estéticas, dado que el rubio es el preferido de la mayoría, aunque las personas consideradas más atractivas a nivel mundial suelen tenerlo marrón oscuro o negro. Si observamos las tendencias de la moda de los últimos cuarenta o cincuenta años notaremos que esta preferencia siempre ha estado presente.
Para provocar la decoloración del cabello existen varios caminos, muchos de los cuales se pueden llevar a cabo en casa con productos fáciles de conseguir y relativamente económicos. Por un lado se encuentran los productos específicos, que se compran en tiendas de belleza, pero también está el peróxido de hidrógeno e incluso ciertos alimentos, como el limón, que resultan muy eficaces en esta tarea.
El primer paso para el éxito en la decoloración del cabello es tener los objetivos bien definidos; en otras palabras, debemos buscar ejemplos de personas que hayan conseguido la tonalidad que nos gusta para averiguar qué productos funcionan mejor, siempre tomando en cuenta las propiedades de nuestro cabello, especialmente el color. Una simple búsqueda en Internet puede resolvernos estas dudas en pocos minutos.
Entre los productos que necesitamos comprar para decolorar nuestro cabello se encuentran los siguientes, cada uno con una función esencial:
* polvo decolorante: se vende en frascos o en paquetes;
* revelador en crema: éste debemos escogerlo tomando en cuenta el color natural de nuestro cabello. Para el rubio o marrón claro, se recomienda uno de 10 a 20 volúmenes. Para el marrón oscuro o negro, se debe usar el de 20 volúmenes y dejarlo actuar más tiempo. Nunca está de más pedir asesoramiento en la tienda para evitar errores innecesarios;
* tóneres: se usan para obtener un aspecto platinado. Básicamente, su acción consiste en emparejar el color obtenido tras la decoloración y neutralizar los tonos cobrizos;
* corrector dorado rojizo: se debe agregar al polvo decolorante para potenciar su acción y evitar la necesidad de repetir el todo proceso;
* champú púrpura: es ideal para deshacerse de los tonos amarillos y cobrizos. No conviene usarlo con mucha frecuencia, ya que puede dejar manchas color púrpura.
La decoloración de la pintura de exteriores, por otra parte, es habitual debido a la acción de los rayos del sol, la humedad y otros factores ambientales. Las pinturas más resistentes son aquellas con aditivos que les permiten soportar las inclemencias del tiempo.
Otro proceso frecuente de decoloración se da en la ropa. En ocasiones, la decoloración es generada adrede con una intención estética.
