Desasosiego es la ausencia de sosiego, un término que alude a la calma, la paz o el reposo. La acción de desasosegar, por lo tanto, consiste en hacer que alguien o algo pierdan la tranquilidad.
Por ejemplo: «La magnitud de la tragedia genera desasosiego, pero confío en que lograremos salir adelante», «La renuncia del entrenador provocó desasosiego en el plantel», «Los hechos de inseguridad causan desasosiego en la población».
Sinónimos y antónimos
Para entender mejor este término, que tiene un significado subjetivo, es adecuado remitirse a sus varios sinónimos, los cuales nos pueden aportar ciertos matices. Entre los más comunes se encuentran los siguientes: nerviosismo, intranquilidad, ansia, inquietud, afán, desazón, desvelo, incomodidad, anhelo, disgusto y malestar.
Con respecto a sus antónimos, podemos mencionar serenidad, tranquilidad y, por supuesto, sosiego.
Qué es el desasosiego
El desasosiego se asocia a la inquietud, el nerviosismo, la turbación o incluso la desesperación. Se trata de una sensación desagradable, opuesta a la ofrecida por el sosiego.
Tomemos el caso de una persona que se divorcia y, dos semanas después, es despedida de la empresa en la cual trabajó durante veinte años. Luego, a los pocos días, sufre el repentino fallecimiento de su padre. Es probable que todos estos hechos le produzcan desasosiego ya que son dolorosos y suponen que su vida ya no volverá a ser la misma.
De la ansiedad a la depresión
Uno de los efectos del desasosiego es la ansiedad. Quien está desasosegado no logra concentrarse y, de este modo, no consigue aprovechar los recursos que dispone. Además se encuentra tenso y tiene un elevado nivel de estrés.
Por lo general el desasosiego es temporal y puede superarse de manera autónoma o con el apoyo de los seres queridos (amigos, familiares). Sin embargo, cuando el desasosiego es intenso y se mantiene en el tiempo, puede derivar en depresión o en otros trastornos psicológicos que requieren de un tratamiento profesional.
Irrupción del desasosiego
Es posible afirmar que no existe ninguna persona que no atraviese al menos una vez en su vida el desasosiego, así como la sensación de angustia, incertidumbre, impaciencia, zozobra, temor difuso y agitación, todos sinónimos que pueden agregarse a la lista expresada en el párrafo anterior. Cuando nos ocurre algo inesperado que nos hace sentir amenazados, o bien cuando nuestros planes no se cumplen, es común que surja el desasosiego.
No es fácil tener que hacer frente a ciertas circunstancias que la vida pone en nuestro camino, ya que en general no estamos preparados psicológicamente para tomar las decisiones adecuadas. Claro que muchas veces el desasosiego aparece sin razón aparente, de un día para el otro e incluso en medio de períodos positivos. ¿Cómo explicar este fenómeno? Una de las causas de este cambio repentino de ánimo puede estar relacionada con cuestiones químicas, aunque por lo general la verdad se encuentra en asuntos que la persona no ha resuelto y que están enterradas en lo más profundo de su ser.
La importancia de conocerse a uno mismo
Independientemente de las creencias de cada persona, que pueden apuntar a cuestiones relacionadas con el alma o con la religión, está en nuestra naturaleza la necesidad de seguir adelante a pesar de los problemas, y para ello solemos negar aquellas cosas que no podemos superar. Se trata de un mecanismo de defensa que puede ser muy sano en algunas situaciones, pero que en el largo plazo puede convertirse en un quiste que debamos extirpar para continuar viviendo en paz.
«Todo en mi vida funcionaba hasta que de repente me invadió el desasosiego»; quizás, el sujeto había ordenado sus emociones y ocultado sus problemas para llegar a creer que «todo funcionaba», pero cuando éstos últimos se liberaron lo invadió la incertidumbre.
«Libro del desasosiego», por último, es una obra que escribió el portugués Fernando Pessoa y que publicó con el heterónimo de Bernardo Soares.