El concepto de descabellado, que deriva del verbo descabellar, hace alusión a aquello que resulta insólito, disparatado o absurdo. El término puede referirse a una expresión, una situación, una acción o un proyecto, por citar algunas posibilidades.
Partiendo de lo expuesto, podemos establecer que entre los sinónimos de descabellado se encuentran palabras tales como insensato, ilógico, desproporcionado, irracional o desacertado, entre otros. Por otro lado, en cuanto a lo que antónimos se refiere podemos destacar razonable o sensato así como lógico, racional o acertado.
Por ejemplo: “Los dichos descabellados del diputado generaron una gran polémica en el recinto”, “Es descabellado suponer que podemos resolver todos nuestros problemas de esta forma”, “El equipo estadounidense ganó el encuentro con un tiro descabellado de su capitán en el último segundo de juego”.
Algo descabellado resulta difícil de creer ya que parece irracional o ilógico. En 1996, el presidente argentino Carlos Saúl Menem afirmó en un discurso que, en “poco tiempo”, existiría un “sistema de vuelos espaciales” con naves que llegarían a la estratósfera y que permitirían volar desde Argentina hacia Japón en apenas una hora y media. Por entonces muchas personas calificaron las palabras del político como descabelladas por lo impracticable de su anuncio. De hecho, a más de dos décadas de dichas declaraciones, no existe un sistema semejante y viajar desde el territorio argentino al japonés demora más de veinte horas.
Lo descabellado, de todos modos, puede concretarse. Supongamos que un jugador de básquetbol (baloncesto) realiza un lanzamiento de espaldas al cesto y desde su propio campo. Debido a las escasas probabilidades de éxito, puede definirse el intento como descabellado. Sin embargo, consigue la anotación. Es posible que, si intenta el mismo lanzamiento otras cien veces, no enceste ninguna, por eso es una jugada descabellada más allá de un eventual acierto.
Además de lo que hemos dado a conocer, no hay que olvidar que Descabelladas es un proyecto que desde el año 2010 se lleva a cabo en España y que viene a ser una mezcla perfecta entre salud y teatro. En concreto, lo que hace es poner en marcha talleres de desdramatización que están dirigidos a mujeres que sufren cáncer u otras enfermedades de carácter crónico.
En el ámbito de la literatura hay que destacar que, en numerosas ocasiones, se ha utilizado el término que nos ocupa para darle título a distintas obras. Buena muestra de eso es la historia infantil y juvenil “La floristería mágica. Un plan totalmente descabellado”. Se trata de un libro escrito por Gina Mayer que cuenta cómo la joven Violet decide ayudar a que su amigo Zack triunfe en una competición deportiva y para eso decide realizar un hechizo floral.
Asimismo, existen otros trabajos que usan esa palabra en su título como sería el caso de “Las 1001 noches sin sexo: el plan más descabellado para encontrar la pareja ideal”, escrito por Suzanne Schlosbergb, o “El sombrero de las ideas descabelladas”, que es obra del autor José Antonio Francés González.
