Lo primero que vamos a hacer es conocer el origen etimológico del término que ahora nos ocupa. Así, podemos establecer que es una palabra que deriva del latín pues es fruto de la suma de dos partes bien diferenciadas:
-El prefijo «des-«, que significa «de arriba hacia abajo».
-El sustantivo «gravamen», que puede traducirse como «carga».
La Real Academia Española (RAE) no incluye el término desgravamen en su diccionario. Sí aparecen, en cambio, términos como desgravar (descontar determinados montos de una cuota o de una base, reducir los impuestos o las tasas sobre ciertos productos) y gravamen (tributo, carga o impuesto).
Asimismo, es interesante establecer que esta palabra es un latinismo que apareció como tal en el siglo XV. En concreto, su uso tal y como lo conocemos hoy parece ser que comenzó allá por el año 1411, según la documentación de la época.
La idea de desgravamen se utiliza para aludir a un seguro que cubre el pago de las deudas del asegurado en caso de fallecimiento o invalidez. El seguro de desgravamen, por lo tanto, permite que las deudas que una persona mantiene con un banco u otra institución del sistema financiero no recaigan sobre sus herederos.
Si un individuo, al recibir un crédito, abona un seguro de desgravamen junto a la cuota correspondiente, obtiene una cobertura que le permite no transferir su deuda a sus herederos si llega a morir antes de pagar la totalidad del préstamo. En ocasiones, el seguro de desgravamen también contempla la invalidez total. Por el contrario, si el deudor no tiene seguro de desgravamen, sus herederos deben asumir la deuda.
Cuando el seguro de desgravamen se ejecuta, en definitiva, se libera la obligación. La aseguradora asume el pago de la deuda y los herederos del fallecido no deben hacerse cargo de la obligación en cuestión.
Es fundamental que antes de firmar un seguro de desgravamen, la persona que lo va a rubricar preste mucha atención a aspectos tales como la propuesta en general, los casos en los que la aseguradora no podría pagar, el periodo de cobertura, la vigencia del seguro y los requisitos imprescindibles para poder disfrutar de ese seguro.
Es importante tener en cuenta que los seguros de desgravamen suelen contemplar exclusiones. Si el asegurado muere por una enfermedad preexistente al momento de contratar el seguro, la cobertura queda sin efecto. Lo mismo ocurre si el asegurado se suicida o si fallece en un accidente ocurrido bajo los efectos de una droga.
El morir practicando deportes peligrosos, el que la persona participe en un conflicto bélico o lleve a cabo un acto delictivo son algunas de las otras razones que se establecen como exclusiones de pago de la aseguradora del seguro de desgravamen.
Asimismo, hay que establecer que hay dos tipos de seguros de desgravamen: el simple o individual y el mancomunado, que es la opción para las parejas que llevan adelante la solicitud de un crédito hipotecario de forma conjunta o bien lo que es el traslado del crédito hipotecario.
