El vocablo latino destitutio llegó al castellano como destitución. Así se denomina al acto y el resultado de destituir: hacer que una persona pierda su cargo o puesto.
La destitución de un individuo, por lo tanto, implica separarlo de su trabajo. Aquel que es destituido deja de cumplir las funciones que, hasta el momento, tenía asignadas.
Algunos ejemplos
Este término, que suele insinuar un fallo de variada gravedad por parte de la persona que pierde el trabajo, podemos observarlo en las siguientes tres oraciones de ejemplo: «Una coalición opositora impulsa la destitución del gobernador al considerar que el mandatario carece de la ética necesaria para cumplir con su rol», «El presidente del club analiza la destitución del entrenador debido a los malos resultados», «Me sorprendió la destitución del consejero delegado, no la esperaba».
Proceso de destitución
Se conoce como proceso de destitución a la herramienta jurídica que permite remover e inhabilitar a una autoridad apelando al principio de responsabilidad de los funcionarios públicos. Llamada impeachment en lengua inglesa, esta operación puede hacer que un jefe de Estado sea relevado por una votación en el Congreso o el Parlamento.
Los alcances del proceso de destitución dependen de cada país. Un presidente, por mencionar una posibilidad, puede ser sometido a un proceso de destitución si hay indicios fuertes de una falta grave: si los legisladores lo encuentran culpable, el mandatario queda afuera del gobierno, independientemente de que haya sido votado por la población para un cierto periodo en elecciones democráticas.
Tras ser declarado culpable, el individuo puede quedar inhabilitado para llevar a cabo funciones en el mismo ámbito, más allá de perder su trabajo. Volviendo a los países de habla inglesa, el proceso de destitución suele relacionarse con un juicio político, por lo general en la Cámara Baja, un órgano del poder legislativo, cuyas facultades y características dependen del país y su forma de gobierno. Luego viene el juicio del acusado, que se lleva a cabo en el otro órgano, la Cámara Alta.
En Latinoamérica, por otra parte, también se utiliza el proceso de destitución y se vincula no sólo al impeachment sino también al procedimiento judicial conocido con el nombre de juicio de residencia, del Derecho de las Indias Occidentales en la época en la que se encontraban bajo el dominio de España. Nótese que en castellano, este concepto también se denomina proceso de revocación del mandato, impugnación, juicio de desafuero, proceso político, acusación constitucional y moción de censura.
Presidentes destituidos
En el año 1992, el presidente brasileño Fernando Color de Mello fue sometido a un proceso de destitución a causa de una larga lista de casos de corrupción en su contra. Aunque presentó su renuncia antes de la finalización del proceso, las investigaciones siguieron adelante hasta que iniciaron un juicio político en su contra.
Otro caso conocido fue el del presidente de Perú Alberto Fujimori, quien tuvo una historia bastante particular. En primer lugar, se exilió en Japón cuando todavía su mandato era vigente, y recién en el exterior envió un fax anunciando su renuncia. Ésta fue rechazada por el congreso, y la represalia fue inhabilitarlo para cualquier cargo público durante una década.
El primer caso de Europa ocurrió en el año 2004, cuando comenzó un proceso de destitución contra el presidente de Lituania Rolandas Paksas. Los motivos fueron su supuesta relación con la mafia rusa, en particular con un empresario que realizó una considerable donación a su campaña electoral y recibió a cambio la ciudadanía.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff fue sometida a un proceso de destitución de este tipo entre 2015 y 2016 por corrupción. Por la votación de los senadores y en medio de una gran polémica, finalmente fue apartada de su cargo.