El diario de campo es un instrumento utilizado por los investigadores para registrar aquellos hechos que son susceptibles de ser interpretados. En este sentido, el diario de campo es una herramienta que permite sistematizar las experiencias para luego analizar los resultados.
Cada investigador tiene su propia metodología a la hora de llevar adelante su diario de campo. Pueden incluirse ideas desarrolladas, frases aisladas, transcripciones, mapas y esquemas, por ejemplo. Lo importante es que pueda volcar al diario aquello que ve durante su proceso investigativo para después interpretarlo.
Etapas en el desarrollo de un diario de campo
Muchos son los consejos que profesionales del ámbito científico realizan sobre lo que sería la realización de un diario de campo. No obstante, los pasos generales que se suelen establecer en este sentido son comenzar llevando a cabo una observación general, registrar todo lo que se vea en ese primer contacto (olores, sonidos, clima, acciones…) y describir las sensaciones e impresiones que le causan aquellos elementos al científico que está realizando ese citado diario.
No obstante, para que aquel documento sea completo, exhaustivo y útil también se recomienda incluir conclusiones, diferenciar lo que son los elementos generales de los elementos propios del estudio o anotar los periodos de observación de una manera cronológica.
Y todo ello sin olvidar tampoco que es importantísimo que se desarrolle el diario a través de una redacción clara y fiel a lo que se está observando. Pero eso sí, con el estilo personal que se posea pues al fin y al cabo este diario es un documento que le será de utilidad al propio autor.
La subjetividad del investigador
Por supuesto, lo registrado en el diario de campo no será la realidad en sí misma, sino la realidad vista a través de los ojos del investigador, con sus percepciones y su cosmovisión. La subjetividad entra en juego desde el momento del registro de los hechos, y no sólo en su interpretación. Por eso puede afirmarse que, aunque dos investigadores trabajen juntos sobre el mismo tema, los diarios de campo de cada uno de ellos serán diferentes.
Los especialistas recomiendan que el diario de campo sea dividido en dos columnas. De esta manera, el investigador puede incluir en un lado lo referente a las observaciones que realiza y, en el otro, sus impresiones o conclusiones. También es recomendable que, tras la jornada, el investigador se reúna con sus compañeros de trabajo para compartir ideas que pueden ser volcadas al diario.
Del diario de campo a un libro
Hay que tener en cuenta que el diario de campo suele ser el primer paso de los ensayos, reflexiones y libros sobre la investigación en cuestión.
Los investigadores que tengan que realizar su primer diario de campo deben saber que existen en el mercado manuales o libros que les explican de una manera sencilla y muy clara el cómo pueden desempeñar dicha tarea. Este sería el caso, por ejemplo, de la obra titulada «Diarios de campo» que fue realizada por Juan M. García Jorba. En ella se consigue no sólo que el lector aprenda a realizar dicho documento sino también a entender mejor lo que es el proceso de investigación.