Un diploma es un título, un certificado o una credencial que expide una entidad o una corporación para acreditar algo (un grado académico, un premio, etc.). El término procede del vocablo latino diploma, aunque su origen más remoto se halla en un concepto griego que puede traducirse como «doblar».
Por ejemplo: «Mañana me entregarán el diploma en la facultad», «El diploma de Abogado está en la casa de mis padres», «Cuando Matías ganó el premio literario, recibió 1.000 pesos y un diploma».
El diploma como reconocimiento
El diploma suele ser concedido por una institución educativa cuando un estudiante completa un grado formativo. Al terminar la escuela primaria, la secundaria o una carrera universitaria, por lo tanto, el graduado suele recibir un diploma. Cabe destacar que, a efectos legales, el diploma suele ser simbólico, ya que el documento que acredita el grado académico obtenido es el título.
Los concursos o competencias también suelen conceder diplomas a los ganadores a modo de reconocimiento. Es frecuente que el primer premio consista en dinero o un trofeo junto al diploma, mientras que quienes ocupan el segundo y tercer lugar reciban simplemente un diploma.
El significado clásico o tradicional de diploma, por otra parte, refiere a cualquier documento expedido por la autoridad pública. En este caso, el diploma incluye datos como el autor, el destinatario y el escribano o canciller que autentica el documento. El diploma, como despacho o instrumento oficial, presenta el sello correspondiente y cuenta con un original que es archivado en un registro.
Diferencias con el título en algunos países
A menudo, las palabras título y diploma se utilizan indistintamente, pero existen entre ellas ciertas diferencias fundamentales de las cuales puede depender absolutamente el éxito en una solicitud de empleo, o la mera posibilidad de llevarla a cabo.
En principio, es importante resaltar que en algunos países el título es la acreditación que otorga una institución educativa a sus alumnos cuando éstos han completado una serie de estudios, mientras que el diploma se define como un documento que los estudiantes reciben después de haber finalizado un curso.
Los cursos a través de los cuales se obtienen diplomas suelen ser más cortos y de menor complejidad que los que culminan con la entrega de un título; algunos ejemplos son magisterios de idiomas extranjeros y cursos de negocios o enfermería. En estos casos, tanto la especialización como el nivel de estudios es menor que en una carrera universitaria, y de hecho suelen denominarse carreras terciarias para evitar confusiones.
Por citar un par de ejemplos, un diplomado de enfermería puede tomar entre dos y tres años, y uno de negocios, un plazo máximo de un año; por otro lado, las respectivas licenciaturas, de las cuales el diplomado puede ser un subconjunto, no suelen durar menos de 3 años. Esto no significa que un diploma sea fácil de obtener, ni que un título sea el único camino respetable la hora de embarcarse en una carrera, sino que cada alternativa responde a necesidades y objetivos diferentes.
Uno de los beneficios del diplomado es que brinda una formación más inmediata en el campo de interés escogido y permite incorporarse en el ámbito laboral mucho antes que con una carrera. La obtención de un título universitario, por otro lado, habla de un estudio más profundo, de un volumen de conocimiento mucho mayor, que abre las puertas a oportunidades laborales de mayor envergadura.
En las bolsas de trabajo siempre se especifica si se buscan personas con diploma o título, y esto puede ser excluyente en cualquiera de las dos direcciones; hay empleadores que exigen un grado de conocimiento específico y que rechazan a quien exceda dichos límites, ya sea porque prefiere formar a sus empleados en la empresa o porque no considera que sea necesario el valor agregado que puede aportar una licenciatura.