El concepto de dique proviene del neerlandés dijk. El término se emplea para nombrar a la estructura que se construye con el objetivo de contener el agua, impidiendo su paso. Por ejemplo: «Para evitar inundaciones, en el siglo XIX las autoridades locales construyeron un dique», «La pesca deportiva es una actividad muy popular en el dique», «Los vecinos están preocupados por las filtraciones del dique».
Los diques pueden construirse de manera perpendicular o paralela al curso de agua que se pretende contener. Se trata de muros de hormigón, piedra, tierra u otro material que pueden levantarse para prevenir inundaciones en zonas aledañas, encajonar un flujo de agua para que avance más rápido o resguardar un área de la acción de las olas, por ejemplo.
Cuando el dique busca imposibilitar el avance del agua, se habla de dique de contención. Los diques rompeolas, en cambio, superponen capas de diversos materiales para minimizar la energía que proviene del oleaje, brindando protección a un determinado lugar (como un puerto).
Aquel dique que se encuentra separado de la costa, por lo general ubicado paralelamente a ella, se denomina dique exento. Estas construcciones tienen la misma finalidad que los diques rompeolas. Un dique seco, por otra parte, es una instalación portuaria que permite sacar los barcos del agua para repararlos.
Hay diques que se construyen para el desarrollo de centrales hidroeléctricas. Ese es el caso del Dique Florentino Ameghino, que se encuentra en la provincia argentina de Chubut. Este dique que contiene las aguas del río Chubut permite generar energía eléctrica y brinda protección a diferentes pueblos.
Un dique natural, por último, se forma por el arrastre y la acumulación de materiales que genera un río, elevando la ribera de forma progresiva. Otros nombres que recibe la ribera son terraplén aluvial, levée (un término que viene del francés) y ribazo.
Esta clase de dique se forma en el borde del río en las épocas en las que el caudal crece. Es muy común en los ríos de las llanuras, cuyo cauce es de tipo divagante y con una pendiente escasa.
Es importante señalar que una de las causas de que la ribera se eleve es que las aguas pierden velocidad junto a ella; esto sucede porque en las crecidas, el pico de velocidad de las aguas es mayor en el centro del río, y esto corta los meandros (las curvas que describe el curso del río) por su parte convexa, lo contrario a lo que ocurre en las aguas bajas (allí, la fuerza centrífuga desplaza la corriente hacia la porción cóncava).
Gracias a este fenómeno podemos entender los efectos que tuvo en el año 1957 la gran riada del Turia, en Valencia: dado que el río Turio tiene una curva amplia que rodea la ciudad por su parte convexa, casi toda la riada se desplazó hacia la ribera izquierda; sin embargo, dado que sobre la derecha se encontraba la zona de población más densa, fue allí donde tuvieron lugar los daños más lamentables.
Estudiar los diques naturales de los ríos, del mismo modo que las zonas vulnerables que pueden resultar claves en un trabajo de elevación o reforzamiento artificial, es una de las tareas fundamentales de los especialistas en mantenimiento de cualquier cuenca hidrográfica (un territorio que drena un solo sistema natural de drenaje), en particular en aquellos lugares donde la pendiente sea escasa, ya que presentan una mayor vulnerabilidad a las inundaciones provocadas por los ríos.
Si observamos el delta del río Mississippi a través de una imagen de satélite, por ejemplo, notaremos ciertos cortes en los diques naturales de sus brazos, que sirven para aliviar los efectos de las crecidas.
