En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término disímil. Exactamente podemos establecer que deriva de la palabra dissimilis, que significa “que no es igual” y que es fruto de la unión de dos componentes:
-El prefijo dis-, que puede traducirse como “separación”.
-La palabra similis, que es sinónimo de “igual”.
Concepto de disímil
Disímil alude a aquello que resulta distinto o desigual. Por ejemplo: “El crecimiento económico fue disímil entre los diversos sectores”, “Tenemos miradas disímiles de la realidad, pero eso no implica que no podamos debatir”, “La calidad de los espectáculos fue tan disímil que resulta imposible sacar una conclusión sobre el festival”.
Entre los sinónimos de disímil se encuentran dispar, desemejante o desigual mientras que entre los antónimos destaca semejante o igual.
La necesidad de comparar
Para que algo pueda calificarse como disímil, primero es necesario realizar una comparación. A partir de este cotejo, se puede advertir si los elementos son semejantes o disímiles. Para que la acción tenga sentido, se deben comparar cuestiones u objetos de la misma naturaleza.
Retomando el primero de los ejemplos mencionados líneas arriba, puede decirse que el crecimiento de la economía es disímil por sector cuando, al comparar las cifras, surgen diferencias. Si el sector agropecuario creció un 28%, el sector industrial un 12% y el sector de servicios un 0,6%, se trató de un crecimiento disímil.
Miradas disímiles
Las miradas disímiles sobre algún tema, por otra parte, refieren a distintas perspectivas o puntos de vista. Supongamos que, en la previa de un importante partido de fútbol, tres periodistas analizan las posibles tácticas que puede implementar uno de los equipos. Para uno de los periodistas, el conjunto debería utilizar cinco defensores y jugar a contraatacar. Para otro, lo ideal sería posicionar cuatro defensores y tratar de que el juego transcurra en la mitad del campo. El tercero considera que lo mejor es salir a jugar con solo tres hombres en la defensa y atacar todo el tiempo. Los tres analistas, en definitiva, tienen visiones disímiles sobre qué es lo conveniente para el equipo en cuestión.
Además de en el deporte también existen miradas disímiles dentro del mundo de la política, por ejemplo. Así, lo que es habitual que suceda es que ante un mismo tema o cuestión las distintas formaciones y partidos tengan una visión diferente del mismo e incluso de maneras de actuar ante él.
Eso ocurre, por ejemplo, en España sobre el matrimonio homosexual. Así, hay partidos de izquierda, como Unidas Podemos o PSOE que están a favor del mismo, siendo esa última formación la que consiguió aprobarlo por ley durante una de sus legislaturas. Sin embargo, hay otros que están en contra del mismo. Este sería el caso del PP, que incluso recurrió a los tribunales para evitarlo, o de VOX, que muestra una ideología reacia a la homosexualidad en general.
Y como esa cuestión también tenemos que hablar de miradas disímiles en política sobre las pensiones, los servicios públicos, los impuestos, la inmigración, la igualdad entre hombres y mujeres e incluso sobre los contratos laborales.