El término dosier, que procede del francés dossier, hace referencia a un informe que recopila datos sobre un determinado tema. Se trata de un documento que se emplea para presentar información.
Por ejemplo: “El periodista presentó un dosier ante la Justicia que puede resultar muy valioso para la investigación en curso”, “Como parte de la celebración de su 50° aniversario, la empresa elaboró un dosier sobre su historia”, “El presidente recibió la semana pasada un dosier sobre la situación en Oriente Medio realizado por sus asesores en política internacional”.
Es importante mencionar que dossier, con dos S, también es aceptado por la Real Academia Española (RAE). Por eso la noción la podemos encontrar escrita como dosier o dossier.
Un dosier de prensa es un instrumento que se emplea en el ámbito de las relaciones públicas con el objetivo de suministrar información a los periodistas. Una compañía puede elaborar un dosier de prensa para que, cuando un periodista desee publicar algo sobre la empresa, encuentre en el documento datos de su interés (historia corporativa, autoridades, etc.).
El dosier de prensa tiene una extensión variable de acuerdo a las necesidades de la organización que lo elabora. Lo ideal es que los periodistas tengan acceso a toda la información que necesitan de manera rápida: por lo tanto, si el dosier es muy extenso, pierde utilidad o resulta confuso.
Más allá de un dosier amplio a modo de presentación, también se pueden desarrollar dosieres específicos sobre la realización de un evento, el lanzamiento de un producto u otros acontecimientos.
Consejos para elaborar un dosier impactante
Todos podemos acceder a la teoría acerca de cómo crear un dosier y seguir las instrucciones paso a paso para dar con un documento «correcto». Sin embargo, pocas veces llega a nuestras manos uno que nos genere un impacto, que recordemos incluso varios días y semanas después de haberlo mirado. Éste debería ser el objetivo de toda persona o empresa a la hora de realizar un dosier.
El primer consejo para elaborar un dosier impactante es pensar en que lo leerá una sola persona, aunque esto no sea cierto. El objetivo es darle un carácter personalizado, que le haga creer a cada lector que el documento ha sido creado a medida para él y no que se trata de un panfleto que se repartirá de forma indiscriminada.
La longitud es uno de los parámetros más delicados y determinantes en este tipo de documentos: si es demasiado largo, corremos el riesgo de que casi nadie lo lea por completo, y si es demasiado corto, quizás parezca haber sido hecho con prisas. Encontrar el equilibrio no es fácil, pero con la experiencia daremos con ese número mágico de páginas que podemos usar como referencia para nuestros dosieres futuros.
Sobra decir que el contenido de un dosier es uno de sus aspectos esenciales, pero no basta con escoger la información adecuada sino que el secreto consiste en organizarla de manera que resulte atractiva y fácil de leer. Algunos de los puntos fundamentales, que deberían aparecer en casi todos los dosieres, son la historia, el motivo, los resultados, los métodos y las opiniones de los demás.
Recordemos que cada artículo debe ser corto pero contundente, y debemos escribirlos haciendo uso de un lenguaje claro y directo, pero a la vez divertido y con carácter propio.
Sin lugar a dudas, las fotografías presentes en el dosier deben ser de calidad. Y esto no significa solamente que tengan una buena resolución y colores ricos, sino que hayan sido hechas por un auténtico artista. Ahorrar en este departamento puede repercutir de manera muy negativa en el impacto del proyecto.