Antes de entrar de lleno en el significado del término dragar, vamos a proceder a conocer su origen etimológico. En este caso, podemos señalar que se trata de una palabra que deriva del francés, exactamente de “drague”, que puede traducirse como “red”.
El verbo dragar hace referencia a la utilización de una draga para lograr la limpieza y el ahondamiento de un río, un lago, un canal u otro cuerpo de agua. La draga, por su parte, es la máquina que permite desarrollar esta tarea al extraer rocas, arena y otros materiales y sedimentos.
Al dragar, es posible incrementar la profundidad de una vía navegable. De este modo, se facilita la navegación, permitiendo que se desplacen grandes embarcaciones sin riesgo de encallar. Por eso estas tareas son necesarias en los puertos: si se pretende recibir cruceros de enormes dimensiones, por ejemplo, es probable que se requiera dragar.
El dragado, por otra parte, otorga mayor capacidad de traslado de agua a la vía en cuestión. Así se minimiza la posibilidad de que se registren inundaciones en las zonas circundantes.
Existen diferentes tipos de dragas de acuerdo a las características del terreno a dragar. Algunas de estas máquinas se instalan en tierra firme, mientras que otras funcionan desde embarcaciones.
Lo que se hace al dragar es excavar un material que se encuentra sumergido, extrayéndolo y llevándolo hacia la superficie. Esta acción tiene como consecuencia un aumento de la profundidad del cuerpo de agua y un descenso de su nivel.
Entre las dragas mecánicas, aparecen las dragas excavadoras, las dragas de pala de carga frontal, las dragas de tolva continua y las dragas de cuchara. En el grupo de las dragas de succión, por su parte, podemos encontrar las dragas de succión en marcha, las dragas de succión estacionarias y las dragas cortadoras.
Es interesante establecer, además de todo lo indicado, que draga fue una máquina que se encargó de diseñar el gran genio Leonardo da Vinci. En concreto, respondía aquella al nombre de draga lagunera y se trataba de una excavadora encargada de limpiar el fondo de ciertos canales.
Su funcionamiento y principio era similar al de las dragas que existen en la actualidad y se sustentaba en el empleo de una serie de cubos que actuaban uno detrás de otro y que al tiempo que excavaban permitían que la suciedad y el material recogido se fuera guardando en unos dispositivos que respondían al nombre de flotadores de almacenaje.
En nuestros días es muy conocido un modelo de este tipo de artilugio que responde al nombre de draga van veen. Esta lo que consigue es obtener muestras de sedimentos superficiales en fondos medios-duros o blandos. En concreto, se utiliza de forma muy frecuente tanto en estudios de tipo biológico como en otros de carácter hidrológico e incluso en los que se enmarcan dentro del ámbito medioambiental.
Su apariencia es la de dos cucharas que se encuentran conectadas a través de una bisagra. Esas están separadas, pero se juntan para poder recoger las muestras de sedimentos.