El vocablo latino elucubrāre llegó al castellano como elucubrar. El término se utiliza con referencia a divagar, sobre todo cuando lo señalado se presenta como complejo pero carece de sustento.
Principales acepciones
Por lo general el concepto alude a la acción de suponer algo sin fundamento. También puede tratarse del proceso que lleva a postular una teoría o una hipótesis apelando a la imaginación y no a la realidad.
Otra acepción de elucubrar se vincula a reflexionar detenidamente sobre algo para llegar a una conclusión o para elaborar un proyecto. Quien elucubra, en este sentido, analiza una cuestión con la intención de comprenderla o de tomar alguna decisión al respecto.
El diccionario de la Real Academia Española, por su parte, también menciona una acepción más, aunque señala que ha caído en desuso. Se trata de «trabajar de manera aplicada, intensa y dedicada en obras de ingenio«. En el año 1855, en el Diccionario de galicismos de Don Rafael María Baralt podemos encontrar una referencia a este término, su respectivo sustantivo lucubración (relacionado con el término de origen francés élucubration), el cual se define precisamente como la acción y efecto de esta última acepción, que hoy en día no se usa.
Etimología de «elucubrar»
Su origen se encuentra en el ya mencionado elucubrare, un verbo del latín, que se construye agregando un prefijo a lucubrare. En nuestra lengua también tenemos una versión sin el prefijo, y en el diccionario de la RAE nos refieren directamente a elucubrar. Retomando por un momento el diccionario de Don Rafael María Baralt, el término al que él se refirió era precisamente lucubrar.
En latín, el verbo lucubrare proviene del sustantivo lucubrum, que se puede definir como una pequeña lámpara de luz que se usaba por las noches y se forma con la combinación de la raíz de la palabra lux (luz) y el sufijo -brum, que denota la idea de «instrumento». La primera acepción conocida del verbo latino era trabajar por la noche aprovechando la luz de una lámpara; de allí se adaptó al significado de sacrificar el sueño para completar un trabajo.
Por último llegamos a una de las acepciones que mencionamos más arriba, que es especular mucho acerca de un asunto a fuerza de cansancio, esfuerzo y falta de sueño, con la consecuencia de un exceso de reflexión sin el suficiente fundamento. Este camino etimológico tiene una evolución fácil de apreciar si lo miramos detenidamente; por ejemplo, el elemento de la luz se puede apreciar, directa o indirectamente, aunque más no sea en la actualidad por el concepto de «vigilia» que tiene asociado desde sus orígenes. Otras palabras relacionadas con lux son lumbre, alumbrar, lustrar, alucinación y lúcido.
Algunos ejemplos
Veamos sus usos en las siguientes oraciones: “Apenas regresé de mi travesía por Asía, comencé a elucubrar mi siguiente viaje”, “Tras las sorprendentes declaraciones del futbolista, los periodistas empezaron a elucubrar sobre su futuro profesional”, “Los ladrones siempre se las arreglan para elucubrar nuevas maneras de cometer delitos”.
Tomemos el caso de la pandemia de coronavirus que sorprendió al mundo en 2020. Al multiplicarse los contagios, la mayoría de los gobiernos siguieron los consejos de los médicos y decretaron cuarentenas que impidieron a los ciudadanos desplazarse con libertad y realizar diferentes actividades. Con el paso de los meses, ante la inexistencia de una vacuna para evitar los contagios y de un tratamiento efectivo para la curación, pero a la vez teniendo en cuenta la debacle económica por el confinamiento y los efectos psicológicos del aislamiento, lo gobernantes empezaron a elucubrar posibles salidas y la construcción de una nueva normalidad sin tener certezas sobre lo que sucedería con el virus y con la problemática sanitaria.