La emoción es la variación profunda pero efímera del ánimo, la cual puede ser agradable o penosa y presentarse junto a cierta conmoción somática. Por otra parte, tal como señala la Real Academia Española (RAE) en su diccionario, constituye un interés repleto de expectativa con que se participa en algo que está sucediendo.
A simple vista, definir el término -procedente del latín emotio– puede resultar sencillo; sin embargo, conseguir una definición consensuada de esta palabra es una tarea un poco más complicada. En este artículo, sin embargo, intentaremos hacerlo de la forma más clara y completa posible.
Las emociones y la salud
Según lo han demostrado diversos estudios, las emociones juegan un papel fundamental en los procesos de salud de una persona. Tal es así que en muchos casos una enfermedad se desencadena por una determinada experiencia que genera una emoción particular, como ocurre en ocasiones con las fobias y los trastornos mentales. También hay casos de epilepsia donde las emociones son una causa imperante.
Las emociones están entendidas como fenómenos de raíz psico-fisiológica y, según los expertos, reflejan formas eficaces de adaptación a diversos cambios ambientales. En el aspecto de la psicología, las emociones generan sobresaltos en el índice de atención y aumentan el rango de diversas conductas en la jerarquía de respuestas del individuo que las experimenta. En cuanto a la fisiología, las emociones permiten ordenar las respuestas de diversas estructuras biológicas, incluyendo las expresiones faciales, la voz, los músculos y el sistema endocrino, con el objetivo de definir un medio interno adecuado para el comportamiento más óptimo.
Las emociones le permiten a todo individuo establecer su posición respecto al entorno que lo rodea, siendo impulsada hacia otras personas, objetos, acciones o ideas. Las emociones funcionan también como una especie de depósito de influencias innatas y aprendidas.
Es importante indicar que las emociones, cuando son positivas, pueden generar alegría o euforia; en cambio, al ser negativas, están en condiciones de provocar ansiedad, frustración, estrés y desesperación. Por eso se debe tener empatía con aquellos que atraviesan un mal momento emocional.
Diversas corrientes de pensamiento
Uno de los problemas al intentar definir las emociones, se presenta al relacionarla con lo cognitivo. Aquí se bifurcan los caminos del pensamiento, Por un lado aquellos que desligan los sentimientos y la parte emocional de una persona de todo tipo de razonamiento o proceso cognitivo, y por el otro que relaciona ambos procesos.
Para el psicólogo Jean Piaget, existen conductas emocionales que se encuentran asociadas con los procesos de construcción de una mente individual inteligente. Los procesos de conocimiento del entorno se incorporan mediante un mecanismo de evolución individual de la inteligencia, que escoge estructuras internas vinculadas a la formación y las particularidades estructurales del cerebro y los elementos del sistema nervioso, y las asocia con las percepciones del entorno. Esto desencadena procedimientos mentales cada vez más complejos, que suponen la epigénesis de las estructuras cognitivas.
La forma más aceptada de entender este concepto es desde una dimensión amplia, donde el proceso afectivo y el cognitivo se rozan y complementan. En este desarrollo participan varios elementos: concientización subjetiva (los sentimientos propiamente dichos), cambios fisiológicos (determinadas reacciones corporales que son movidas por esos sentimientos para predisponer al organismo a enfrentarse a la nueva experiencia), estímulos motores internos (cambios internos que provocan una actitud determinada) y dimensión cognitiva (proceso mental a través del cual la persona entiende lo que le está ocurriendo). Por todo esto, es imposible analizar las emociones completamente separadas del aspecto racional, ya que para conseguir comprenderlas utilizamos los métodos cognitivos de los que disponemos.
El desarrollo de una emoción
El miedo es un sentimiento que puede producir cambios fisiológicos como aumento de la frecuencia cardíaca, dilatación de las pupilas, tensión en los músculos y segregación de adrenalina; a su vez produce una reacción interna que se refleja en expresiones faciales, movimientos bruscos o específicos y cambio en la entonación.
La felicidad, la tristeza, la ira, la sorpresa y el asco son otras emociones que provocan alteraciones en el interior y muchas veces se reflejan a través de la fisiología. La regulación emocional es importante para que dichos efectos no sean muy intensos y no generen consecuencias indeseadas.
No se puede dejar de indicar que las emociones inciden en la comunicación no verbal. La expresión facial y el lenguaje corporal suelen modificarse por temas emocionales: en ocasiones, es necesario o recomendable ocultar dichas reacciones. Si el dueño de una empresa se tropieza, los empleados no deberían estallar con risas y gritos ya que posiblemente el empresario se enoje.
En lo cognitivo, esas respuestas son analizadas en un contexto sociocultural para poder comprenderlas y ubicarlas en el lugar adecuado: «La expresión emocional cambia así como lo hace el desarrollo ontogenético del individuo». De igual modo, es el proceso cognitivo el que nos permite inhibir ciertas emociones, cuando culturalmente no son consideradas como adecuadas.
Por ejemplo, cuando nos sentimos atraídos por una persona que no puede correspondernos (por hallarse casada o simplemente no estar enamorada de nosotros) o cuando estamos frente a nuestro jefe y sentimos deseos de agredirlo (sabemos que dar rienda suelta a este sentimiento no podría traernos más que problemas, y no sólo el de quedarnos sin trabajo).
Otras teorías
Es necesario comentar que, en las últimas teorías cognitivas que se han hecho sobre el proceso emocional, se ha enfatizado de forma fundamentalista en lo cognitivo, objetando que el mundo no es de una determinada forma, sino que depende de con qué ojos se mire; por eso una misma experiencia para dos personas diferentes para una puede resultar traumática y para otra ser más posible de enfrentar y resolver. De todas formas, si bien esta teoría tiene muchos adeptos, sobre todo en las corrientes relativistas, muchos especialistas se niegan a aprobar esta manera tan aleatoria de entender los sentimientos y el mundo en general.
Para terminar, podemos señalar algunos términos que se encuentran relacionados con el de emoción, como afecto (describe la cualidad de un sentimiento; es decir, si es positivo o negativo para una persona), estados de ánimo (actitud que se instala en un individuo luego de atravesar una determinada experiencia), temperamento (características de un sujeto que lo vuelven más o menos propenso a reaccionar de tal o cual forma frente a un estímulo externo) y sentimiento (la respuesta de alguien frente a una experiencia determinada).
Educación emocional
La educación emocional apunta a la adquisición y el fortalecimiento de las capacidades emocionales. Este tipo de procesos busca incrementar el bienestar de los individuos a través del desarrollo de la personalidad y de la afectividad.
El artista argentino Gonzalo Álvarez es el impulsor de Proyecto BIO. Mediante esta iniciativa que creó en 2000, recurre a una muestra itinerante de arte y a talleres para favorecer la educación emocional y la conciencia ambiental de los niños de jardines de infantes y escuelas.
Como artista opino que la educación en Argentina está muy atrasada todavía, hay treinta o cuarenta años de atraso, a nivel capacitación y en el plano emocional. Por eso esta conciencia de fortalecer también a los adultos, a los docentes, en materia de educación ambiental y de educación emocional es todo un desafío.
Los seminarios de Proyecto BIO se transformaron en Proyecto BIO – Pedagógico porque los adultos referentes de los niños tampoco son escuchados. Es importante que aprendan a compartir sus proyectos, sus miradas y a entender el concepto de Ubuntu, que significa la oportunidad de escucharse o de escuchar a otros colegas con otras satisfacciones. En el intercambio de conocimiento, los docentes muchas veces trabajan solos y compiten, por eso es que como artista ordenador de emociones hace mucho tiempo que planteo la conciencia y la posibilidad de que el docente abandone su ego. Uno de los principales problemas de la educación es esto del competir. Esa competencia no es sana porque los niños copian todo. Esa es una de las tantas consignas que yo planteo para fortalecer esta misión de conciencia, que el docente primero se fortalezca emocionalmente él, que aprenda en materia de ambiente y de emociones y que después aprenda a escuchar a sus propios alumnos.
El educador tiene que poder valorar la singularidad de cada estudiante porque cada persona tiene necesidades individuales y capacidades diferentes, por eso el desafío es que cada uno supere sus propios límites. Cuando existe amor vincular y un puente, todo se soluciona: sólo hay que aprender a escuchar a los demás.
Gonzalo Álvarez