Lo primero que hay que hacer para conocer a fondo el término empirismo es proceder a la determinación de su origen etimológico que es el que determina luego el significado que posee. Para ello tenemos que dejar claramente expuesto que aquel está en el griego y que dentro de dicha lengua la citada palabra se compone de tres partes que son el prefijo en- que equivale a “antes”; la palabra peiran que significa “tratar” y el sufijo -ismo que se traduce como “doctrina o actividad”.
El concepto de empirismo se utiliza para describir el conocimiento que nace de la experiencia. También se trata de una estructura de tipo filosófico basada, justamente, en los datos que se desprenden de toda experiencia.
En este sentido, podríamos establecer que el empirismo se sustenta básicamente en dos principios fundamentales. Por un lado, lleva a cabo la negación de la absolutización de la verdad, estableciendo además que el hombre no puede acceder a la verdad absoluta. Y por otro lado, deja patente que toda verdad debe ser siempre puesta a prueba dando lugar a que, a partir de la experiencia, aquella se pueda modificar, corregir o desamparar.
El empirismo en la filosofía
Para la filosofía, el empirismo constituye una teoría relacionada al conocimiento que acentúa el valor de la experiencia y de la percepción sensorial en el surgimiento de ideas. Para que el conocimiento sea válido, debe ser probado a través de la experiencia, que de esta forma se convierte en la base de toda clase de saber.
De igual modo, el empirismo en la filosofía de la ciencia supone que el método científico debe apelar a hipótesis y teorías probadas mediante la observación del mundo natural. El raciocinio, la intuición y la revelación quedan subordinados a la experiencia.
El aporte de John Locke
Resulta interesante resaltar además que el inglés John Locke (1632–1704) fue el primero que formuló de modo explícito la doctrina del empirismo. Locke consideraba que el cerebro de un recién nacido es como una tabla rasa, en la cual las vivencias dejan huellas. Por lo tanto, el empirismo considera que los seres humanos carecen de ideas innatas. Nada puede ser entendible sin alusión a la experiencia.
De esta manera, el empirismo filosófico se opone al racionalismo, que señala que el conocimiento se obtiene mediante la razón, más allá de los sentidos o de la experiencia.
El empirismo según Hume, Bacon y Hobbes
El filósofo escocés David Hume (1711–1776), por su parte, sumó al empirismo un punto de vista escéptico que le permitió contrarrestar postulados de Locke y de otros pensadores. Para Hume, el conocimiento humano se divide en dos categorías: la relación de ideas y la relación de hechos.
Francis Bacon o Thomas Hobbes fueron otros de los empiristas más importantes de la Historia y más concretamente de su vertiente inglesa. En concreto, el último ha pasado a generaciones posteriores por obras de la talla de Leviatán en la que expone un total de diecinueve leyes naturales.
El racionalismo
Es frecuente que, en muchas ocasiones, al hablar de empirismo se haga también referencia al racionalismo.
Este es una tendencia de corte filosófico que se sustenta en la identificación de lo que es la razón con el pensar. Partiendo de dicha acepción existen diversos tipos de racionalismo tales como el ético, el metafísico o el religioso.