Se denomina encofrado al molde que se desarrolla con chapas o tableros para contener el hormigón hasta que se logra su fraguado. Una vez que el hormigón fragua, el encofrado se desmonta.
Hormigón
El hormigón (o concreto) es el material que se obtiene al mezclar cemento o cal con grava, arena y agua.
Para que el hormigón se vuelva sólido y resistente, hay que esperar su fraguado. Fraguar, en este marco, es el proceso que lleva al material a endurecerse.
Tipos de encofrado
Existen diferentes tipos de encofrado. El encofrado tradicional apela a la madera y puede montarse con facilidad, aunque no es apto para construcciones de gran envergadura. En esos casos suele usarse el encofrado modular, que consiste en módulos plásticos o metálicos prefabricados.
El encofrado de aluminio, en tanto, se utiliza en columnas, vigas y muros, mientras que el encofrado deslizante se puede ir reutilizando a medida que la obra va creciendo en superficie o altura.
Similar al anterior, el encofrado modular consiste en paneles prefabricados que se ensamblan en diferentes configuraciones. Estos sistemas son versátiles, lo que facilita la creación de estructuras de formas y tamaños diversos. También existe el encofrado deslizante, que se utiliza para construir estructuras verticales, como torres y pilares, de manera continua y sin interrupciones. Se desliza hacia arriba a medida que se vierte el concreto, lo que permite la construcción de elementos de gran altura de manera eficiente.
Nótese que hay un encofrado deslizante horizontal, que se parece al anterior pero se usa en la construcción de estructuras paralelas al suelo, como ser puentes. En estos casos, se desplaza de manera gradual a medida que se realizan la viga o las losas. Por lo general el encofrado se desmonta y puede volver a usarse en otros desarrollos. Sin embargo, el encofrado perdido es aquel que queda fijo ya que se une a la pieza estructural, con lo cual no se recupera ni se reutiliza.
Historia
La historia del encofrado está estrechamente relacionada con el desarrollo de la construcción y la arquitectura a lo largo de los siglos. Los primeros registros se remontan a las antiguas civilizaciones, como los egipcios, griegos y romanos. En Egipto, se utilizaban moldes de madera para crear bloques de adobe y ladrillos. Los romanos, famosos por sus habilidades de construcción, utilizaron encofrados temporales para crear estructuras de concreto, como acueductos, cúpulas y puentes. La técnica romana involucraba la creación de cofres de madera o metal para contener la mezcla de concreto y darle la forma deseada.
Durante la Edad Media, el conocimiento y la práctica de la construcción avanzaron de manera más limitada. Sin embargo, se mantuvo la idea básica de utilizar moldes temporales para dar forma a las estructuras de concreto. Las técnicas y materiales variaban según la región y las limitaciones tecnológicas de la época. Con el Renacimiento y el avance tecnológico en la Edad Moderna, la construcción experimentó un resurgimiento. La invención de la madera contrachapada en el siglo XIX permitió la creación de encofrados más flexibles y duraderos.
A medida que la ingeniería y la arquitectura avanzaban, también lo hicieron las técnicas de encofrado. El desarrollo de sistemas ajustables y reutilizables permitió una mayor eficiencia en la construcción. En el siglo XX, los encofrados metálicos y de plástico comenzaron a reemplazar en parte a los tradicionales de madera. Estos nuevos materiales ofrecían ventajas en términos de durabilidad, versatilidad y facilidad de uso.
En la actualidad, los encofrados son una parte integral de la construcción moderna. Se utilizan una variedad de materiales, desde madera y metal hasta plástico y materiales compuestos. Los avances en la tecnología han llevado al diseño de sistemas más sofisticados y personalizados, lo que ha aumentado la eficiencia y la precisión.