El vocablo griego drákōn, que puede traducirse como “dragón”, llegó al siriaco como ṭarẖon o ṭarkon, que a su vez derivó en el árabe ṭarẖūn. Dicho término se convirtió en el francés estragon, antecedente etimológico más cercano de estragón.
Hierba aromática
Se llama estragón a una hierba aromática que se emplea como condimento. De nombre científico Artemisia dracunculus, presenta tallos de hasta ochenta centímetros, hojas lanceoladas y flores de color amarillo.
Tradicionalmente al estragón se le atribuyen propiedades laxantes, diuréticas, antisépticas y carminativas, entre otras. En la antigüedad se recomendaba el consumo de estragón para tratar el escorbuto y el dolor de muelas.
A pesar de sus beneficios para la salud, hoy en día la utilización del estragón se da sobre todo en el terreno culinario. Con respecto a su estado, puede usarse fresco o seco.
En la cocina
La gastronomía francesa recurre al estragón con frecuencia. Con esta especia se realiza la aromatización de aceites, vinagres y bebidas alcohólicas, por ejemplo. Su uso también es importante en mezclas herbales como el bouquet garni y las hierbas provenzales.
El pollo al estragón es una de las recetas más populares con este condimento. Otra preparación muy conocida es la salsa bearnesa, elaborada con manteca (mantequilla), yema de huevo, vinagre, vino, echalote y estragón y utilizada para acompañar carnes y verduras.
Cabe destacar que el estragón no solamente tiene presencia en la cocina gala. En la ensalada árabe conocida como tabulé, tabbule o tabbouleh, el estragón es uno de los ingredientes centrales, junto al jugo (zumo) de limón, el trigo bulgur, el tomate, la lechuga y el aceite de oliva. El tabulé se sirve frío.
El secreto de estos y otros platos se encuentra en el peculiar sabor del estragón, que recuerda al anís pero un tanto picante. Así como el orégano, el perejil y el cilantro, los paladares más sensibles no confunden este condimento con ningún otro, y por eso lo usan con fines muy específicos para dar más personalidad a sus platos.
Planta medicinal
Como se menciona más arriba, el estragón tiene una serie de propiedades que la convierten en una planta ideal para cuidar la salud. El aparato digestivo es esencial para nuestro organismo, ya que es gracias a él que podemos alimentarnos, pero puede sufrir diferentes trastornos que complican esta función básica. Y el estragón nos puede ayudar a combatir varios de ellos.
Por ejemplo, se indica para casos de mala digestión, para casos de retortijones, cólicos provocados por los gases y flato. Para aprovechar sus beneficios en este terreno se recomienda su uso como condimento o bien en forma de infusión. Problemas más graves, como la úlcera de estómago, también puede combatirse con una infusión de estragón. Sólo el limón lo supera en su contenido en nerol, un componente para tratar la gastritis.
También puede ofrecer beneficios para el cuidado del hígado, porque es un estimulante natural de la producción de bilis. Esto se debe a su efecto colerético (su contenido en sustancias coleréticas). Por otra parte, contiene sustancias colagogas, ideales para expulsar la bilis del hígado. En conjunto, con ambos efectos colabora con la limpieza del hígado y la vesícula biliar, a la vez que previene la formación de piedras.
La diabetes es una enfermedad que puede condicionar fuertemente la vida de la persona, y el estragón también juega un papel importante en este caso. Usando su extracto es posible reducir los valores de azúcar en sangre y potenciar el efecto de la insulina en las células. Cabe señalar que la ciencia aún no ha confirmado su eficacia en este aspecto, de manera que no se recomienda desatender las indicaciones del médico en pos del uso de esta planta.