Etnoecología es un concepto que no está incluido en el diccionario de la Real Academia Española (RAE). De todos modos, es posible acercarse a su significado si prestamos atención a sus componentes.
Cultura y naturaleza
El elemento compositivo etno-, que procede del vocablo griego éthnos, puede aludir al “pueblo”. El sustantivo ecología, en tanto, refiere a la ciencia que se dedica a la investigación de los seres en tanto habitantes de un medio. El término incluso puede emplearse para hacer mención directamente al medio ambiente.
Retomando la idea de etnoecología, la noción está asociada al estudio del vínculo entre una cultura y la naturaleza. Se trata de un enfoque multidisciplinario que busca comprender cómo un grupo humano, a partir de su saber y de sus creencias, visualiza su entorno y aprovecha los recursos naturales que tiene a su disposición.
La etnoecología, en definitiva, analiza tanto la cosmovisión de la comunidad como su sistema de conocimientos y las prácticas que desarrolla para apropiarse de la naturaleza. Muchos pueblos aborígenes, por ejemplo, le otorgan un carácter sagrado al planeta y se relacionan con la ecología partiendo de dicha posición.
Historia
Los primeros estudios etnoecológicos se llevaron a cabo en las décadas de 1960 y 1970, apuntando a conocer cómo las comunidades aborígenes se encargaban de clasificar las plantas y el resto de los componentes naturales de su entorno. A partir de los años ’80, la etnoecología se orientó en el análisis de los conocimientos ecológicos locales como instrumento para gestionar los recursos naturales de forma sostenible. Más cerca en el tiempo, finalmente, los sistemas locales de saberes ecológicos aplicados al desarrollo y a la conservación se transformaron en el principal objeto de interés de esta disciplina.
Kosmos, corpus y praxis
La etnoecología se enfoca en el estudio de la relación que existe entre las variables kosmos (las cosmovisiones o creencias del pueblo), corpus (el conjunto total de sistemas cognitivos o conocimientos) y praxis (la administración y el uso de los recursos naturales).
Por lo tanto, esta disciplina brinda una serie de conceptos y un método que sirven para estudiar los procesos mediante los cuales el ser humano se apropia de su entorno natural. Apoyándonos en los muchos estudios de etnoecología que se han llevado a cabo en muchas culturas de espacios naturales de todas partes del mundo, se pueden determinar ciertos rasgos generales con respecto a las formas en las que los aborígenes de la actualidad entienden, conocen y usan la naturaleza.
El kosmos
Para los pueblos aborígenes, la naturaleza se concibe como algo sagrado: la respetan y la veneran. No creen que se trate de un mero recurso, como sí ocurre en las sociedades modernas. Dicho de otra manera, la consideran el origen de la vida, el centro de la existencia misma, que la crea, la sostiene y la nutre. También creen que todos estamos ligados de manera intrínseca, los seres vivos y las cosas, el mundo natural y el social.
El corpus
El conjunto de conocimientos de ecología que tienen los pueblos aborígenes suele ser local, y transmitirse de una generación en otra por medio de sus propios sistemas cognitivos. El corpus es un conocimiento que no se plasma en la escritura, sino que se pasa por medio de la comunicación oral y la enseñanza práctica.
La praxis
Estas sociedades se sostienen usando los recursos más próximos, de manera que su intercambio lo realizan con la naturaleza misma, aunque también hay excepciones en las que se apoyan en el mercado. Para sostener este ciclo deben poner en práctica métodos que aseguren la producción de bienes y energía sin interrupción por parte de sus hábitats.