Algo excepcional es aquello que sale de lo habitual o de lo normal. Este adjetivo, por lo tanto, se utiliza para aludir a lo extraordinario o a lo que resulta una excepción.
Por ejemplo: «Lionel Messi es un futbolista excepcional que todo entrenador quiere tener en su equipo«, «El concierto fue excepcional: la banda repasó sus canciones más conocidas en un show de tres horas», «Ante la crisis, el monarca ofreció el primer discurso excepcional de su reinado».
Excepcional como una calificación positiva
Muchas veces el concepto de excepcional se utiliza como un calificativo positivo para definir algo o a alguien maravilloso, fantástico o estupendo. Un periodista deportivo, en este sentido, puede señalar a Roger Federer como un tenista excepcional. Esto se debe al talento que evidencia el deportista suizo al jugar y a los logros que ha obtenido a lo largo de su carrera.
En un sentido similar, un crítico de cine puede afirmar que una película es excepcional ya que, al menos en su opinión, todos sus componentes son sobresalientes y encajan a la perfección. Al especialista le gustaron las actuaciones, la dirección, el guion y el resto de las diversas aristas que constituyen al filme: por eso no dudó en definirlo como excepcional.
Algo fuera de lo común
Lo excepcional también es aquello que escapa de lo común o de lo rutinario. Supongamos que, en un club, se suele realizar una asamblea mensual para tratar diferentes temas. Sin embargo, en un cierto mes, un determinado acontecimiento lleva a que la comisión directiva convoque a una asamblea excepcional: es decir, a un encuentro extra para el tratamiento del suceso en cuestión.
Este último ejemplo es, en realidad, el que responde con mayor precisión al verdadero significado del término excepcional, ya que en él no existe un matiz positivo de forma natural. Sin embargo, en el habla cotidiana, y como bien lo demuestran las situaciones expuestas en los párrafos anteriores, sí lo usamos para describir a seres con virtudes fuera de lo común o creaciones con un acabado casi perfecto, entre otras posibilidades.
Excepcional y raro
En este sentido, podemos decir que lo excepcional es raro; el propio diccionario de la Real Academia Española usa esta misma palabra para explicar que las cosas excepcionales tienen lugar «rara vez». Claro que si tildamos a una persona de excepcional todos entenderán que la admiramos, mientras que si la llamamos rara, será necesaria más información para saber si la estamos despreciando o alabando.
Esta diferencia tiene más relación con el receptor que con el emisor, y está directamente ligada a factores culturales: dentro de una misma sociedad, hay personas que aceptan el concepto de rareza como algo positivo, o al menos potencialmente positivo, mientras que otras la relegan a cuestiones negativas. Por lo general, a mayor grado de educación mayor aceptación de las diferencias, mayor apertura al cambio y a la incorporación de lo raro en la propia vida para ampliar los horizontes.
Hay ciertos ámbitos en los cuales no es posible intercambiar estos dos términos, al menos no sin modificar el mensaje de manera considerable; por ejemplo, no es lo mismo decir «esta comida es excepcional» que «esta comida es rara«. Si bien la intención del emisor puede ser la misma, el sentido de la segunda oración es más difícil de deducir, ya que a primera vista da la sensación de que no le haya gustado la comida, probablemente porque se trate de un plato con ingredientes o con un modo de preparación a los que no estaba acostumbrado; un plato excepcional, por otra parte, siempre es uno que nos deja satisfechos como pocos, y lo etiquetamos de esta forma para recomendárselo a nuestros amigos y familiares.