La fachada es el paramento exterior de un edificio. El concepto permite hacer referencia a todos los paramentos exteriores de la construcción pero, por lo general, el término se utiliza para hacer mención a la fachada principal o fachada delantera.
Por ejemplo: “El dueño del teatro ha invertido mucho dinero para arreglar la fachada”, “Las entradas se pondrán a la venta en las boleterías de la fachada trasera”, “Los manifestantes arrojaron tomates hacia la fachada de la municipalidad”.
Funciones de la fachada
La fachada suele ser la única parte de un edificio que se percibe desde el exterior. Esto hace que se trate de algo muy importante en la arquitectura, ya que es el elemento que expresa las características de la construcción y el estilo de la misma.
Es importante destacar, de todas formas, que las fachadas no sólo cumplen con una función estética, sino que también deben ser funcionales al conjunto de la construcción, actuando como aislante térmico y acústico e impidiendo el ingreso de agua.
Las fachadas convencionales suelen contar con una hoja exterior (por lo general hecha con ladrillo) y con una hoja interior. Entre ambas hojas se instala un aislante térmico (de poliuretano, fibra de vidrio u otro material), con una pequeña separación para que el vapor de agua pueda ventilarse.
En el caso de los locales comerciales, la estética de la fachada es aún más relevante que para las viviendas particulares, ya que puede determinar el ingreso, o no, de potenciales clientes.
Distintos materiales
Aluminio
Las fachadas de aluminio existen desde hace más de medio siglo y son relativamente económicas. Este material es altamente resistente, especialmente eficaz contra los incendios y los ataques de termitas, aunque es importante señalar que se abolla con mucha facilidad. Hay paneles de diversos colores, texturas y alineaciones para escoger.
Estuco
El estuco es un material ligado al concepto de fachada desde hace siglos; para conseguirlo, sólo hace falta combinar cal, arena y agua y puede texturizarse utilizando diferentes pigmentos y piedras. Existen dos métodos fundamentales para realizar diseños con estuco, que consisten en agitar la mezcla o bien rastrillarla mientras se aplica. Cabe mencionar que este material se seca en muy poco tiempo, resiste el agua y es muy duradero.
Fibrocemento
Una fachada hecha de fibrocemento puede llegar a ser muy duradera, ya que este material se obtiene mezclando arena, cemento y fibra de celulosa. Se puede conseguir en paneles previamente pintados, que también son resistentes a las termitas y al fuego, además de requerir muy poco trabajo para mantenerlos. Su durabilidad no es para tomar a la ligera, dado que permite que muchos de sus fabricantes los ofrezcan con varias décadas de garantía.
Madera
Como es de esperarse, la fachada de madera es una de las más variadas, dado que su materia prima puede obtenerse de un gran número de especies de árboles diferentes, entre los que se destacan el cedro, el pino y la secoya. Su precio varía de acuerdo con el origen geográfico del tipo de madera escogido. Si bien ofrece una buena durabilidad, exige un mantenimiento todos los años.
Vinilo
Construir una fachada con vinilo resulta muy económico. Este material, que se caracteriza por una gran versatilidad, se hace con plástico PVC y se puede conseguir en una amplia variedad de colores. Con respecto a su resistencia, es ideal para resistir vientos fuertes y temperaturas cambiantes. Por otro lado, cabe mencionar que no se destaca por su durabilidad, ya que tiende a agrietarse con el paso del tiempo. Los paneles de vinilo se pueden comprar en diversos estilos y no es necesario pintarlos.
Fachada en el lenguaje coloquial
En el lenguaje coloquial, por otro lado, la noción de fachada suele utilizarse para nombrar a la presencia o figura de alguien.
“El actor dejó encantadas a los fans con su gran fachada” es una expresión que refleja esta utilización del concepto.