Establecer el origen etimológico del término faena que ahora nos ocupa es algo complicado, ya que existen distintas teorías al respecto. Así, una de esas establece que deriva del latín, concretamente de «facienda», que puede traducirse como «cosas que hay que hacer». No obstante, hay otras que indican que directamente procede del catalán, de «faena» o «feina», que es sinónimo de «cosa que se ha de hacer».
Se denomina faena a un trabajo (físico o intelectual), una tarea o una obligación. La etimología del concepto remite al catalán antiguo.
Por ejemplo: «Tengo mucha faena aquí, ahora no puedo atenderte», «Termino con la faena y te paso a buscar para ir al concierto», «La faena se extendió varias horas, pero finalmente logramos cumplir con el objetivo que nos habíamos planteado».
En el terreno de la tauromaquia, se denomina faena al ejercicio desarrollado por el torero. Específicamente se suele hablar de faena con referencia a la brega realizada por el matador con la muleta (el paño rojo) antes de matar al animal con el estoque.
También se conoce como faena al acto y el resultado de faenar: matar una res y descuartizarla para su comercialización y posterior consumo. La faena, sacrificio o matanza se suele desarrollar en el matadero, una instalación industrial sometida a diversos controles para garantizar que la carne obtenida del proceso sea apta para el consumo humano.
Asimismo, se suele hablar de lo que se dan en llamar faenas del campo. En concreto, esta expresión hace referencia a los trabajos que realizan agricultores y ganaderos en su día a día como pueden ser alimentar a sus animales, limpiar las granjas, regar los cultivos, sembrar, recoger la cosecha…
De la misma manera, hay que tener en cuenta que de forma coloquial el término que nos ocupa se utiliza en una expresión: «menuda faena». Con esta intenta expresarse algo malo que ocurre, una mala pasada. Un ejemplo sería el siguiente: «Menuda faena le ha hecho el jefe a Manuel. Le ha despedido ahora que pide una hipoteca para comprarse una casa».
Faena, por otra parte, es el apellido de un diseñador textil, desarrollador inmobiliario y empresario argentino: Alan Faena. Llegó a la fama al crear la marca de ropa Via Vai en la década de 1980 y luego comenzó a desarrollar construcciones en Puerto Madero, el barrio más lujoso de la Ciudad de Buenos Aires. El Faena Hotel Buenos Aires, el Faena Hotel Miami Beach y la Casa Faena de Miami son algunos de los emprendimientos que tienen su nombre. También el Faena Arts Center, un importante centro cultural de Buenos Aires.
No hay que pasar por alto tampoco la existencia de un hotel rural que responde al nombre de Faenas Camperas. Se sitúa en la dehesa de Salamanca y ofrece al huésped no solo la posibilidad de desconectar de la ciudad y disfrutar de la tranquilidad del campo sino también de realizar una ruta por los encinares donde se crían los cerdos ibéricos, conocer in situ una ganadería de toros bravos o dar un paseo a caballo.
