Federalismo es un concepto que se forma a partir de dos términos: el adjetivo federal (que califica a aquel o aquello federalista) y el sufijo -ismo (que puede usarse para componer sustantivos que refieran a movimientos, doctrinas o tendencias, por ejemplo).
Para comprender la noción de federalismo, primero hay que centrarse en la idea de federación. Así se denomina a una entidad de tipo asociativo que está formada por más asociaciones. En este marco, se habla de Estado federal para nombrar al que distribuye sus facultades constitucionales entre un gobierno nacional o central y otros Estados regionales o locales.
Qué es el federalismo
El federalismo es la corriente política que promueve los preceptos de la federación. El concepto también menciona a la estructura organizativa de los Estados y corporaciones que se basan en estos principios.
Como doctrina, el federalismo impulsa el desarrollo o el fortalecimiento de una estructura que esté compuesta por diferentes entidades, las cuales delegan ciertos poderes y libertades a un organismo superior. A nivel político, el federalismo se asocia a la existencia de un Estado federado, con un gobierno central que tiene competencias exclusivas y muchos otros gobiernos regionales que poseen determinadas capacidades.
Puede decirse que, con el federalismo, las funciones gubernamentales se distribuyen en el conjunto de los Estados asociados. El Estado central absorbe determinadas facultades, quedando el resto repartidas.
Los pilares del sistema
El federalismo se sustenta en varios pilares. Su base es que se organiza a partir de una Constitución o Carta Magna, en la cual se detallan por escrito las leyes que rigen en el territorio.
Esta Constitución pone en claro cómo se reparten las facultades, las obligaciones y los derechos entre el Estado central y los demás. Así se evitan, o al menos se minimizan, las tensiones y los enfrentamientos por las competencias.
La Constitución, por otro lado, debe ser interpretada según casos particulares y contextos para trascender lo rígido que resulta el texto. De este modo, tiene que haber una Corte Suprema de Justicia a la cual se pueda apelar cuando resulta necesario.
Otra clave del federalismo es la división territorial con la consecuente división de poderes. Al existir subdivisiones del territorio, hay diferentes entidades estatales con autoridad de decisión. La articulación entre todas ellas es indispensable para el funcionamiento adecuado de la organización.
No se puede dejar de mencionar la descentralización como esencia del federalismo. El gobierno central no toma todas las decisiones, sino que cada entidad gubernamental puede aplicar las políticas que les corresponden según la jurisdicción.
Ejemplos de federalismo
Podemos encontrar Estados organizados en base al federalismo en América, Asia, África, Europa y Oceanía. Aun con diferencias, en ellos se advierte la presencia de un Estado central y otras corporaciones que mantienen algún tipo de vínculo con él y entre ellas.
Tomemos el caso de la República Argentina. Desde la última reforma constitucional, que se concretó en 1994, este país se divide entre 23 provincias y una ciudad autónoma que ejerce como capital federal (la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Estas 24 jurisdicciones se autogobiernan (con gobernantes elegidos por el pueblo en elecciones libres), cuentan con su propia constitución y manejan sus fuerzas de seguridad. Otros poderes, en cambio, son delegados al Estado central. La defensa nacional, por mencionar una cuestión, está en manos de este Estado central.