Flipar es un verbo que procede del concepto inglés to flip, que puede traducirse como “agitar” o “sacudir”. Dicho término es frecuente en el lenguaje coloquial de España, aunque no suele utilizarse en otros países de habla hispana.
Los españoles, por lo tanto, pueden usar el verbo flipar en referencia a estar muy entusiasmado con algo o alguien. La noción también se utiliza como sinónimo de drogarse o encontrarse bajo los efectos de una droga. Por ejemplo: “Esos hongos rojos se utilizan para flipar”, “Era un chaval que no dejaba de flipar hasta que terminó hospitalizado”, “El público empezó a flipar con los primeros acordes del guitarrista”.
Flipar como emoción, entusiasmo o sorpresa
La idea de flipar siempre aparece vinculada a una agitación mental. Puede tratarse de la emoción que se experimenta ante un acontecimiento, del entusiasmo que despierta alguna pasión en el ánimo de la persona o de una gran sorpresa que genera algo. Es posible, en este sentido, flipar en un concierto de rock o en un partido de fútbol por lo que generan las acciones.
La gente también puede flipar por los perros si es que le gustan mucho los animales o por las películas de un determinado cineasta. Veamos algunas expresiones que utilizan este verbo conjugado: «Me flipan los animales, en especial los gatos», «Esto es el colmo; yo flipo pero vamos…», «Ya verás que vas a flipar con el viaje a París».
El sustantivo alucine
A pesar de haber sido incorporado a nuestra lengua a partir de la inglesa, este verbo también ha desarrollado su propio sustantivo: «flipe». Un sinónimo que comúnmente se utiliza para remplazarlo, incluso en el habla cotidiana, es «alucine» (sustantivo masculino que puede definirse como asombro o alucinación). Este término suele ir acompañado de los adjetivos «total» («flipe total») o «menudo» («menudo flipe»), para intensificar el efecto que el tema principal causa en el sujeto.
A continuación se exponen algunos ejemplos de este sustantivo de la familia del verbo flipar, que también se usa con mucha frecuencia en el lenguaje coloquial de España: «El flipe total: Chavez se autoproclamó obispo», «Las primeras fotos 3d fueron tomadas hace décadas y son un flipe total», «Menudo flipe, la calidad de este televisor… Es como estar en el cine».
Flipar, flipe y flipado
El sustantivo flipe también puede usarse en la locución «¡qué flipe!», para reaccionar ante algo que nos excita demasiado o nos impresiona, del mismo modo que podríamos decir «¡qué interesante!», «¡qué locura!» o «¡qué alucinante!». Cabe mencionar que también se puede flipar ante una noticia desagradable o muy triste, como ser el fallecimiento de un ser querido o de una persona famosa: «Flipé con la noticia de su suicidio… No imaginé que se sintiera tan deprimida como para quitarse la vida».
Otras dos formas en las que se usa este término son flipar en colores y estar flipado; la primera hace alusión a las visiones alucinógenas que producen ciertos narcóticos, mientras que la segunda puede tener un matiz ofensivo o peyorativo, como se aprecia en la oración «Estás flipada si crees que te voy a dejar mi ordenador».
Efecto de una fuerza superior o de un estado mental
Como se explica en párrafos anteriores, el verbo flipar puede servir para expresar el entusiasmo que nos produce una cosa, un ser vivo o un suceso, y esta sensación es equivalente a ser poseído por una fuerza superior, que nos eleva y nos sobrepasa, que nos lleva más allá de nuestro estado normal, más allá de nuestros límites.
Vinculada a las drogas, la acción de flipar se asocia al estado alterado de la mente que puede incluir alucinaciones o sensaciones poco corrientes cuando el organismo se encuentra en su condición habitual (como vértigo, palpitaciones, visión borrosa, etc.). De esta forma, una persona que está flipada puede no ser consciente de sus actos.